Los agricultores bloquean las carreteras de México: “Si quitamos la presión, perdemos otra vez”
Miles de productores cortan vías principales de todo el país en una segunda jornada de protestas para exigir respuestas a la crisis del campo


“No sé si han escuchado que en Veracruz y en Michoacán cayeron algunos líderes limoneros. Les pedimos, por favor, un minuto de silencio”, expone José Noé Ortiz, productor de maíz de Tlajomulco, en Jalisco, que lleva cubierta su cabeza con una gorra y sube a un tractor verde. El silencio de varias decenas de manifestantes congregados en ese punto de la carretera Guadalajara-Colima se reproduce entre los productores de todo el país, que este martes han cortado las carreteras de México para pedir respuestas del Gobierno ante la crisis que vive el campo. El lunes lograron reunirse con representantes del Ejecutivo en unas negociaciones fallidas: ellos pedían aumentar el precio de la tonelada de maíz, el grano esencial de la dieta mexicana, a los 7.200 pesos; las autoridades ofrecieron 6.050. En el pequeño universo formado en la vía Guadalajara-Colima, no cesa el rechazo. “Si le quitamos la presión a la ciudad, perdemos otra vez”, dice otro de los manifestantes.

Momentos después del silencio de la organización Amigos por el Campo, comienza el debate. “Con todo respeto, queremos mucho a la ciudadanía, la verdad, nos da mucha pena, pero aquí nos quedamos”, dice uno, vestido con una camisa a cuadros y un sombrero blanco. Otro agarra el micrófono: “Me acaba de hablar de allá, de Jalisco, un productor de porcino. Si nos quedamos, él nos trae un cuenco de 100 kilos [de carne] para que también cuenten con ese alimento”. Allí también hay algunos que plantean relajar un poco las medidas de presión. “Voy a dar mi humilde opinión. Yo estaría de acuerdo en que se abriera una hora el tráfico para mostrar que también de nuestra parte hay voluntad”. Pero ninguno le muestra su apoyo.
El lunes, miles de agricultores y ganaderos de al menos 20 territorios del país se lanzaron a las calles para protestar por los bajos precios de sus productos, pero también por la inseguridad rural. La semana pasada, dos citricultores fueron asesinados en el país: Bernardo Bravo, en Michoacán, y Javier Vargas, en Veracruz. Son los dos referidos por Ortiz desde la imponente altura del tractor. Este martes, las carreteras han amanecido cortadas por todo el país, desde las principales de Jalisco a las de Tamaulipas (que ya han reabierto la circulación). En Sinaloa, tres casetas han sido bloqueadas, y otras como las de México-Cuernavaca (Morelos) también han restablecido la circulación. Los manifestantes auguran que las protestas seguirán el miércoles.
La asfixia entre el tráfico
A las 7.40 de la mañana, se cumplían las 24 horas atrapados en un bus junto a la caseta de Zinapécuaro, Michoacán. Salieron de la Ciudad de México rumbo a Morelia, pero quedaron atrapados en el asfixiante tráfico. “Desgraciadamente, estamos entrando en un estado de desesperación, porque obviamente estamos cansados, tenemos hambre”, narra una mujer en declaraciones recogidas por Grupo Fórmula. Es la cara B de las protestas, la de los afectados por la jornada de manifestaciones en el país que ven interminable.

Otra de las atrapadas en esa carretera, la de Morelia-Zinapécuaro, se muestra desesperada en la entrevista con el portal de noticias. “Llevo 24 horas sin comer y las posibilidades de que encuentre algo de comer de una tiendita son bastante bajas”, asume.
Frente a Palacio Nacional, el lunes, un grupo de manifestantes vio con malos ojos los 5.300 pesos por tonelada de maíz que querían establecer las autoridades. Años atrás, con el presidente Andrés Manuel López Obrador (2018-2024) en el Gobierno, la tonelada estaba en algo más de 6.000 pesos por tonelada. De acuerdo con los datos del Grupo Consultor de Mercados Agrícolas, el aumento de los precios de producción –cerca del 50% en los últimos cinco años– y la caída de los precios de granos como el del maíz –entre el 30% y el 50% desde los máximos de 2022– han llevado a un “colapso de la rentabilidad”. Según la consultora, esa rentabilidad ha pasado de más del 50% en 2022 a apenas el 12% en 2025.
En la carretera Guadalajara-Colima, donde Ortiz se alza sobre el tractor verde, no todo es complicidad entre los asistentes. Pronto se escucha una voz forastera entre representantes del campo.
–¿Para quién trabajan?, ¿a quién representan?– dice una mujer.
–¡A nosotros!–, responden.
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