Australia abandona la búsqueda aérea del MH370 y amplía el rastreo submarino
El Gobierno de Canberra convoca un concurso para mapear con sonares 56.000 kilómetros cuadrados de fondo marino
Sin un solo vestigio del vuelo MH370 desaparecido hace 52 días en la ruta Kuala Lumpur-Pekín con 239 personas a bordo, el Gobierno de Australia anunció este lunes que abandona la búsqueda aérea ya que considera "altamente improbable" encontrar restos flotando, explicó en una rueda de prensa en Canberra el primer ministro australiano, Tony Abbott, que anunció que se incrementarán los medios para el rastreo submarino. "La mayor parte del material habría sido engullido por las aguas". Además, dado la enorme distancia del área de búsqueda a la costa, los aviones están operando al límite de una operación sensata y segura", añadió.
En los 41 días que los equipos australianos, malasios, chinos y británicos, entre otras nacionalidades, han estado buscando en el océano Índico se han cubierto 4,5 millones de kilómetros cuadrados, con 334 misiones de vuelo durante unas 3.000 horas, en zonas que están a más de 1.500 kilómetros de las costas occidentales del continente australiano.Diez aviones civiles y 19 militares han participado en la búsqueda aérea. Solo se mantendrá disponible un AP-3C Orion australiano para dar respuesta si se localizase algún resto.
Se mantendrá la búsqueda con barcos (China, que tiene a 153 de sus ciudadanos desaparecidos en el B-777, seguirá participando) para mantener "la continuidad y el impulso", dijo Abbott. Y anunció que se convocará un concurso para seleccionar empresas que puedan proporcionar nuevos medios para el rastreo submarino. El sumergible autónomo Bluefin-21 ha completado el barrido de unos 400 kilómetros cuadrados en la zona donde se supone que se estrelló el avión, después de que se perdiese su rastro.
Con las últimas señales detectadas del MH370 se concluyó que su última posición corresponde a un área del océano Ïndico de unos 700 por 80 kilómetros, es decir, una superficie de 56.000 kilómetros cuadrados, equivalente a las de Cataluña y la Comunidad Valenciana juntas. Un barco australiano, el Ocean Shield, detectó varias señales que según los especialistas corresponde con la que emiten los localizadores de las cajas negras. Desde la posición de una de ellas se trazó un círculo de 10 kilómetros de radio que es donde se ha centrado la búsqueda con el submarino autónomo.
Abbott explicó que se trata de contratar sonares con escáneres laterales que puedan ser remolcados por barcos y operar a gran profundidad, entre 4.000 y 4.500 metros bajo el mar. El contrato se calcula en unos 60 millones de dólares australianos (unos 40 millones de euros). Los trabajos de búsqueda se prevé que durarán unos ocho meses.
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