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El Congreso de EE UU aprueba un presupuesto de 1 billón de dólares

Sin la controversia y el enfrentamiento de otras ocasiones, el Senado respalda el texto que votó la Cámara el miércoles y que Obama firmará hoy o el sábado

Eva Saiz
Imagen de la ley sobre el presupuesto de EE UU para 2014.
Imagen de la ley sobre el presupuesto de EE UU para 2014.

Sin enfrentamientos ni urgencias por no sobrepasar fechas límites, como en otras ocasiones, el Congreso de EE UU aprobó este jueves el presupuesto para el ejercicio fiscal de 2014 que autoriza al Gobierno un gasto de poco más de un billón de dólares. A última hora de la tarde el Senado respaldaba por 72 votos a favor y 26 en contra (todos de políticos republicanos) las mismas cuentas que la Cámara de Representantes apoyó el miércoles. Ahora sólo queda que el presidente del país, Barack Obama, firme la ley, algo que se espera que ocurra este viernes o el sábado, la fecha límite para evitar una nueva parálisis administrativa como la del pasado mes de octubre.

El presupuesto autoriza al Gobierno a gastar a lo largo de 2014 1,012 billones de dólares (un poco más que los inicialmente previstos 986.000 millones), de los que 520.500 millones se destinarán a programas militares y 491.700 al resto de los Departamentos. Las más de 1.500 páginas de las que consta la norma es un reflejo de las concesiones y claudicaciones que han debido hacer ambos partidos y del esfuerzo por llegar a un acuerdo que impida que se ponga de manifiesto la disfuncionalidad y la hostilidad que ha caracterizado las batallas presupuestarias de los últimos años. Ese empeño se puso de manifiesto ayer, cuando la bancada republicana logró persuadir al favorito del Tea Party, Ted Cruz, de que desistiera de incorporar una cláusula para minar la reforma sanitaria de Obama y reeditar el agrio debate que llevó al cierre del Gobierno en la primera quincena de octubre de 2013.

Tras la votación, los senadores de ambos partidos celebraron ese consenso pero sin dejar de manifestar su pesar por no haber conseguido todo lo que ansiaba, “Este problema se está enquistado y estamos desperdiciando una cantidad ingente de dólares que se podrían emplear en mejorar las vidas de las personas”, señaló el republicano Tom Coburn.

Alejado el fantasma de una nueva parálisis del Gobierno, ahora es el límite de la deuda la nueva sombra que se cierne sobre el futuro económico del país. Y en este debate parece que ambos partidos están dispuesto a levantar las espadas que han mantenido envainadas durante la negociación del presupuesto. El secretario del Tesoro ha hecho varios llamamientos al Capitolio advirtiendo de que es necesario que lleguen a un acuerdo antes de mediados de febrero, pero el Senado no parece tener la misma premura que la Administración. “Eso no es urgente”, resaltó el líder de la mayoría demócrata en la cámara Alta, Harry Reid.

Entre las partidas presupuestarias asignadas a las diferentes agencias y departamentos de la Administración cabe destacar el incremento de fondos al Pentágono al que se dotado de 92.000 millones de dólares (10.000 millones más de lo presupuestado inicialmente por el Senado) a los fondos para programas de guerra, una inyección que aliviará los problemas suscitados por su drástico recorte del presupuesto y la cercenación de la inversión en investigación médica y científica. El Instituto Nacional de Salud (NIH) o la Fundación Nacional de Ciencia (NSF), que han visto recortada su dotación en 1.000 millones y 68 millones respectivamente.

El presupuesto siempre es un indicativo de las prioridades de la Administración y del Congreso. De lo incluido en el mismo se constata cómo el partido Republicano parece dispuesto a dificultar todo lo posible la estrategia antiterrorista de la Casa Blanca. En el articulado se ha asegurado que la transición de la CIA al Pentágono del control de los programas de ataques con drones carezca de fondos para hacerla posible y que se impida que los presos de Guantánamo sean trasladados a EE UU, dos de los planes que Obama anunció el año pasado.

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Sin embargo, los programas para promocionar la educación preescolar y algunos de los planes de control de emisiones de la Agencia de Medio Ambiente que más oposición han suscitado entre los republicanos, no han sufrido merma de ingresos. En cuanto a la reforma sanitaria, el Tea Party ha claudicado de su empeño en cercenarla y provocar su fracaso mediante el ahogamiento presupuestario y solo el fondo para Prevención y Salud Pública ha visto recortado su asignación económica en mil millones de dólares.

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Sobre la firma

Eva Saiz
Redactora jefa en Andalucía. Ha desarrollado su carrera profesional en el diario como responsable de la edición impresa y de contenidos y producción digital. Formó parte de la corresponsalía en Washington y ha estado en las secciones de España y Deportes. Licenciada en Derecho por Universidad Pontificia Comillas ICAI- ICADE y Máster de EL PAÍS.

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