La visita de Xi Jinping abre una nueva fase en las relaciones entre México y China
La diplomacia mexicana quiere revertir una relación bilateral caracterizada por la rivalidad, principalmente en el sector de las manufacturas y en el acceso al mercado de EE UU
La llegada del presidente chino, Xi Jinping, a México, en la primera visita de Estado que realiza un mandatario extranjero desde la toma de posesión del nuevo Gobierno del PRI el pasado diciembre, abre una nueva fase en las relaciones entre los dos países, marcadas en los últimos años por el distanciamiento político y la competencia comercial. Xi Jinping aterrizó pasadas la una de la tarde del martes en la capital mexicana acompañado por su esposa, la soprano Peng Liyuan, y una amplia delegación de funcionarios y empresarios. Tras entrevistarse con el presidente Enrique Peña Nieto, ambos líderes tenían previsto anunciar una serie de inversiones y acuerdos comerciales, en infraestructuras y en los sectores petrolero y agropecuario, así como convenios turísticos y académicos.
La diplomacia mexicana quiere revertir una relación bilateral caracterizada por la rivalidad, principalmente en el sector de las manufacturas y en el acceso al mercado de EE UU, por una de oportunidad, que desarrolle el potencial económico de las dos naciones. Así lo ha manifestado el secretario de Relaciones Exteriores, José Antonio Meade, quien se ha mostrado optimista sobre la posibilidad de una mejora sensible en las relaciones entre los dos países. “El comercio internacional no es un juego de suma cero”, ha afirmado.
México sufre un déficit comercial con China superior a los 51.000 millones de dólares, en una proporción de 10 a 1 entre importaciones y exportaciones, y ha sido superado por el gigante asiático en cuota de mercado del vecino del norte. Las exportaciones de manufacturas chinas a EE UU, que en 2001, cuando entró en la Organización Mundial de Comercio (OMC), suponían el 8% fueron en 2102 del 19%, mientras que las mexicanas representaron el año pasado el 12%, igual que en 2000, según la agencia Bloomberg.
Además, pese a que México es el segundo socio comercial de China en América Latina por detrás de Brasil, las inversiones directas de Pekín en este país se mantienen a un nivel insignificante en comparación con otros países. La razón, en parte, según algunos expertos, obedece a las tensas relaciones entre China y el Gobierno del anterior presidente mexicano, Felipe Calderón. México criticó en 2009 la decisión china de poner en cuarentena a los mexicanos residentes allí a raíz de la epidemia de gripe A y el hecho que de que Calderón recibiese al Dalai Lama en septiembre de 2011 motivó que Pekín congelase un acuerdo para la importación de carne de cerdo.
Asimismo, México se ha quejado reiteradamente por prácticas comerciales desleales por parte de China, como la venta de productos a precios por debajo de su coste, o las subvenciones gubernamentales a su industria textil, lo que se ha traducido en la presentación de varias demandas ante la OMC. Otro tema de preocupación que afecta a la seguridad es la exportación por China de precursores químicos con los que se fabrican drogas sintéticas.
También ha motivado recelos el que la mayoría de las compañías chinas que invierten en energía o minerales sean estatales. El último encontronazo se ha producido con motivo del proyecto Dragon Mart Cancún, un gigantesco complejo comercial, cuestionado por razones medioambientales y económicas, al que el Ayuntamiento de la ciudad turística negó el pasado 24 de abril la licencia de construcción.
El Gobierno del PRI espera superar estos contenciosos en la confianza del buen clima habido en la primera cumbre entre Xi Jinìng y Peña Nieto celebrada el pasado abril en la isla de Hainán, y en la reciente coordinación entre los dos países en el marco del G20.
En el terreno estrictamente diplomático, no se descarta que Pekín busque el apoyo de México en sus reivindicaciones de soberanía en el Mar de China o ejerza su influencia para aislar a Taiwán en la región. La isla es reconocida por todos los países de Centroamérica, salvo Costa Rica.
El miércoles, Xi Jinping pronunciará un discurso en el Congreso y se reunirá con una representación de empresarios mexicanos. El jueves partirá para Yucatán donde visitará la zona arqueológica de Chichén Itzá, antes de viajar a EE UU.
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