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Campamentos en el extranjero: ¿cuándo envío a mi hijo fuera?

Las experiencias de inmersión lingüística son una opción para aprender otros idiomas, pero hay que revisar las garantías de quien lo organiza y el programa adaptado por edades

Para evitar que nuestros hijos en un futuro pidan un ‘relaxing cup of café con leche’ no queda más remedio que aprender otros idiomas, pero de verdad. No para salir del paso en el colegio. Según el último estudio de Cambridge Monitor, España es el país europeo con menor nivel de inglés declarado: un 2,67 sobe 5 puntos, por detrás incluso de nuestros vecinos franceses e italianos. Solo el 22% de los ciudadanos cree que su nivel es “alto o muy alto”, así que para revertir este problema con los idiomas podemos plantearnos la opción de los campamentos en el extranjero. ¿Cómo elegir el más adecuado para nuestros hijos?

“Lo primero que debemos considerar es el nivel del idioma que ya tenga el niño y qué experiencias fuera de casa ha vivido previamente. No recomendaría un campamento en el extranjero para menores de 11 años, porque a esa edad es cuando pueden ser en cierto modo independientes, autónomos y responsables de sí mismos. Existen campamentos de idiomas que se realizan en España, con profesores nativos y actividades en la lengua extranjera elegida, que son perfectamente válidos antes de mandar a un niño a Canadá, por ejemplo. La adaptación es fundamental para que tenga una buena experiencia y aproveche al máximo su estancia”, afirma Enrique Castillejo, presidente del Colegio Oficial de Pedagogos y Psicopedagogos de la Comunidad Valenciana.

Campamentos tecnológicos

Si hace décadas los campamentos se limitaban a una estancia en hogares o residencias extranjeras con cursos del idioma por las mañanas y actividades lúdicas por las tardes, en los últimos años el aumento de la demanda ha motivado también un aumento en la diversidad y especialidad de los campamentos. Los adolescentes ya no solo aprenden inglés o alemán: ahora regresan del viaje con conocimientos de cocina, interpretación teatral, deportes, programación web, robótica, diseño gráfico o artes plásticas.

Inforgrafía Universidad de Cambridge.
Inforgrafía Universidad de Cambridge.

“Nos empezamos a encontrar con niños que ya tienen cierto nivel del idioma desde una edad muy temprana, a diferencia de hace unos años, con lo cual no necesitan tanto un curso de idioma puro y duro sino practicarlo y aprender nuevas destrezas o nuevas materias a través del inglés. El mundo de la informática es el futuro. ¿Por qué no, además de practicar un idioma pueden hacer currículum para su futuro universitario o profesional? Creemos que utilizar el inglés para aprender sobre programación, desarrollo de aplicaciones o robótica es una buena forma de aprender y sumar otro tipo de conocimiento y hacer que nuestro currículum se diferencie”, explica Verónica González, directora del departamento de programas de idiomas de ASTEX, empresa especializada en cursos en el extranjero, que también propone programas de iniciación para niños más pequeños en España.

A partir de aquí, si ya se ha decidido que el joven saldrá de España este verano para mejorar otro idioma, las dudas que pueden surgir son casi infinitas. ¿Qué sucede si enferma o tiene un accidente en otro país, cómo me puedo enterar si no se adapta o sus compañeros le ignoran, cómo será el entorno donde va a vivir y las personas que se encargarán de él durante su estancia?

La Asociación Española de Promotores de Cursos en el Extranjero (Aseproce) recomienda a los padres “elegir bien con qué empresa contratan este servicio para evitar sorpresas desagradables. Por ello, es fundamental que la empresa esté legalmente constituida, que ofrezca información clara y veraz y que lleve a cabo una gestión eficaz de todo lo concerniente al programa. Asimismo, es necesario que estas empresas estén dadas de alta en el correspondiente epígrafe del IAE y que los precios que recogen en sus promociones incluyan el IVA”.

Una forma de contrastar esta información es revisar el listado de empresas con sello de calidad de la asociación, que certifica una auditoría independiente y garantiza que se cumplan todos los requisitos necesarios.

Con toda la información sobre la mesa podemos elegir empresas fiables para que los niños puedan disfrutar y aprender de su experiencia veraniega en el extranjero, que puede ser el primer paso antes de plantearse un curso escolar completo fuera de casa.

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