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MIRADOR
Columna
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Nivel cinco

Propuesta para clasificar a los robots en niveles según su grado de dependencia de los humanos

Javier Sampedro
Un robot ARTAS para el trasplante capilar en un congreso de cirugía estética y dermatología en Paris.
Un robot ARTAS para el trasplante capilar en un congreso de cirugía estética y dermatología en Paris.GEOFFROY VAN DER HASSELT (AFP/Getty Images)

Los robots cirujanos están progresando a tal ritmo que sus propios creadores han empezado a clamar por una regulación ordenada de su ascenso por la escalera que les llevará a tomar decisiones por sí mismos. El editor de Science Robotics, Guang-Zhong Yang, y un equipo de ingenieros, cirujanos, científicos de la computación, gestores tecnológicos y expertos en ciencia ficción han propuesto clasificar los robots médicos, presentes y futuros, en seis niveles, del cero al cinco.

Los robots del nivel cero dependen por completo de los humanos; los del nivel cinco serán completamente autónomos. En sectores ajenos a la medicina, como la conducción automática, las máquinas han alcanzado ya el nivel tres: funcionan de forma independiente, pero necesitan un humano para elegir la tarea. Un robot cirujano experimental (llamado STAR y solo probado en cerdos de momento) alcanzó el año pasado el nivel dos: el médico humano le indica dónde debe suturar, y el robot empieza a coser por sí solo, aunque bajo la supervisión del humano, que se reserva el derecho a intervenir si es necesario. STAR supera a los cirujanos humanos en las operaciones de anastomosis intestinal, no solo cosiendo, sino también ejecutando la laparoscopia y la cirugía. Solo nuestros primos porcinos se benefician de sus habilidades, y el salto a humanos dependerá de la agencia norteamericana relevante (la FDA, o agencia de medicamentos y seguridad alimentaria), que por ahora está formada por humanos.

Otro robot que hace implantes cocleares va algo más avanzado en el complejo proceso de autorización, y acaba de superar su prueba de fuego al intervenir con éxito a una mujer de 51 años, bajo control humano (otro nivel dos). El robot ha sido crucial en la parte más delicada de la implantación coclear, que es perforar un túnel por las profundidades del oído interno. Está equipado con un taladro de una precisión sin precedentes y una cámara con una resolución de 25 micras (milésimas de milímetro), un verdadero microscopio que penetra en el oído de la paciente. No le tiembla el pulso, no se equivoca. Es obra de Stefan Weber y sus colegas de la Universidad de Berna, en Suiza.

¿Veremos pronto el robot cirujano de nivel cinco? Es poco probable. Yang y sus expertos multidisciplinares consideran que esa máquina “pertenece por ahora al dominio de la ciencia ficción”. Pero ya tienen una definición para cuando llegue: “Autonomía completa (no se necesita un humano); podrá hacer todos los procedimientos que hoy hace un cirujano general”.

Mientras esperamos sentados a que llegue el robot de nivel cinco, quizá debiéramos empezar a discutir las implicaciones.

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