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Una prueba para averiguar el grupo sanguíneo en 30 segundos

El análisis se realiza en un papel y tiene un 99,9% de precisión

Un simple análisis de sangre puede salvar vidas y en zonas de guerra, todavía más. Médicos Sin Fronteras denunció en 2013 que personas que sobrevivían a bombardeos en Siria morían en los hospitales después de recibir una transfusión, porque los centros de salud locales no tienen los materiales necesarios para analizar y determinar el grupo sanguíneo de los pacientes. Para solventar problemas como ese, un grupo de científicos chinos acaba de crear un análisis de sangre basado en papel que puede llevarse a cabo, sin la necesidad de equipo especializado, en zonas de conflicto, áreas remotas con pocos recursos o en situaciones de emergencia.

La prueba, desarrollada por el biólogo Hong Zhang y su equipo, consiste en dos pasos: primero, los investigadores aplicaron una pequeña muestra de sangre en una tira de papel con extremidades A y B que contenía anticuerpos que reconocen diferentes marcadores de tipos sanguíneos (antígenos); después, aplicaron bromocresol (una solución de color verde). Los resultados aparecieron como cambios de color en las extremidades de la tira —verde si un antígeno de determinado grupo sanguíneo estaba presente en la muestra y marrón si no—. 

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Después de analizar 3.500 muestras, la prueba demostró un 99,9% de precisión, según los resultados publicados este miércoles en la revista Science Translational Medicine, y las únicas inconsistencias ocurrieron en ensayos con tipos sanguíneos muy poco frecuentes. Esa tecnología clasificó las muestras en los sistemas comunes ABO y Rh (los dos más importantes) en menos de 30 segundos y fue capaz de identificar múltiples tipos de sangre rara en menos de dos minutos. “Los enfoques tradicionales para el agrupamiento de la sangre no permiten realizar las dos pruebas a la vez sin el uso de una centrifugadora. Nuestro diseño es novedoso porque elimina ese paso”, explica Zhang. 

Los investigadores también incorporaron una membrana de separación para aislar el plasma de la sangre entera, lo que les permitió identificar simultáneamente antígenos específicos de células sanguíneas y detectar anticuerpos en el plasma, basándose en la forma en que las células se agruparon. “Ese enfoque y el tiempo de respuesta rápida proporcionan una estrategia más rentable para los análisis de agrupamiento de la sangre”, escriben los científicos. 

Diagnósticos en un trozo de papel

Esta no es la primera vez que se utiliza papel para llevar a cabo análisis biológicos. En 2014, un equipo de la Universidad de Harvard creó un sistema para diagnosticar el ébola que implica imprimir cadenas de ADN sobre papel, y secar las muestras mediante frío extremo, utilizando un marcador genético que solo se activa ante la presencia de moléculas específicas asociadas a un virus concreto. La prueba reacciona en media hora, cambiando de color si detecta algún virus conocido. Fabricar un sensor de papel de este tipo lleva unas 12 horas y cuesta cerca de 21 dólares (20 euros, aproximadamente).

Un año antes, Scott Phillips, jefe del departamento de Química de la Universidad de Pensilvania, presentó un aparato de papel del tamaño de una lamina de chicle capaz de medir el nivel de determinadas proteínas en la sangre y de detectar enzimas relacionadas con problemas en los huesos y en el hígado. En 2016, investigadores de la Universidad de Ohio desarrollaron un sistema para diagnosticar la malaria, el cáncer y otras enfermedades en una tira de papel, que cuesta 50 céntimos y detecta los anticuerpos presentes en una gota de sangre. 

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