Odio en las redes
Es increíble la espiral de odio que puede desatar en las redes sociales una cuestión cualquiera, dejando al descubierto los instintos más oscuros del corazón humano. Normalmente, el origen está en la política (sobre todo, en los políticos), pero estos días he leído con estupefacción en un grupo de discusión de Facebook las expresiones siguientes: “Lobo vivo, cazador muerto”, “¿Algún día veremos a un cazador colgado de un poste?” o “Putos pastores, muertos os quiero”. Además, había insultos, descalificaciones, y expresiones de odio a diestro y siniestro, sin justificación ni razonamiento alguno, en casi todas las intervenciones. Muchos hemos escuchado a nuestros mayores contar las atrocidades cometidas en uno y otro bando durante y después de la Guerra Civil, echándonos las manos a la cabeza en señal de repudio e incredulidad. Pero no hemos cambiado ni progresado nada. Si en tiempos de paz hay gente que exterioriza semejante odio por una cuestión menor, ¿de qué no serían capaces en tiempos convulsos? No es algo banal. Una cosa es la libertad de expresión y otra desear la muerte a un colectivo. Hay cosas que no se pueden consentir.— Antonio Fernández Aguirre. Santander.
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