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Todo lo que se vio y se dijo en la Fiesta de Invierno de Icon & Larios

Anoche celebramos el siglo y medio de Larios y recibimos al invierno con el mejor espíritu mediterráneo

Dicen que el sol de invierno da más gusto que el de cualquier otra estación. Es verdad. Anoche llovía y hacía frío, pero ICON celebró una soleada Fiesta de Invierno con Larios, la marca de ginebra que ha cumplido 150 años guardando las esencias del estilo mediterráneo. La premisa era clara: ni photocall ni discursos, sólo amigos, comida, bebida y música.

La cita fue en Mamita, una taquería mexicana del centro de Madrid con sorpresa: el speak easy, un bar secreto al que se entra por el baño, con luz tenue, decorado como una biblioteca inglesa y con un sistema de sonido de festival puesto al servicio de El Cuerpo del Disco, los dj’s de la noche. Por allí pasaron amigos, conocidos y familiares de los anfitriones, en una mezcla bastante warholiana: una radiante Eugenia Martínez de Irujo y la troupe del diseñador Palomo Spain; el Embajador de EE UU, James Costos, y el luchador de wrestling Rod Zayas; el showman Mario Vaquerizo y la polifacética Carmen Lomana; el escritor Eduardo Mendicutti, los actores Rubén Ochandiano, Jan Cornet y Marina Salas, la galerista Topacio Fresh, el diseñador Juanjo Oliva… Además de periodistas, artistas y demás fauna de la noche capitalina.

Los cóckteles a base de Larios que se pudieron degustar en la fiesta.
Los cóckteles a base de Larios que se pudieron degustar en la fiesta.

Como era de esperar, el marido de Alaska y estrella mediática, Mario Vaquerizo, fue el que más fotos acaparó: lo primero que hizo, de hecho, fue probar el fotomatón de la fiesta. Podían darte las fotos en papel, pero también podía escogerse grabar un gif y subirlo a redes sociales con el hashtag de la fiesta, #IconMediterraneo. Está muy bien analógico, pero ¿quién se resiste a un gif hoy en día?

¿Y quién se resiste a una fiesta prenavideña sin rastro de ambientación navideña? La decoración y el dresscode (sol de invierno, según decía la invitación), lo garantizaban. Los invitados llevaron camiseta de rayas con traje, o camisas salseras-playeras entre limoneros, hiedra y laurel del paisajista Fernando Martos en macetones de Mad Pot, cangrejos disecados, corales, cerámica y bric-a-brac decorativo de Almacén Alquián Hóptimo… Y los cócteles, claro: había gin tonic, pero también gimlet, aromatizados con esencias de Déjà Vu Brands, elaborados con Larios 12 (la versión con 12 botánicos y cinco destilaciones de la marca) y Larios Rosé (una evocadora ginebra con un intenso aroma a fresas).

La fiesta acabó a las dos –no diremos quiénes–, al ritmo de italodisco, Fotonovela y otros clásicos de la madrugada. Ya lo decía Lomana: “Siempre hace falta una fiesta y una alegría”. Amén.

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