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Subjetivamente
Columna
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Libros, embajadas y champán

Sarah Jessica Parker se atreve con un nuevo reto: el literario. No, no va a publicar sus memorias, pero cuando una tiene su poder de prescripción, ¿por qué limitarse a poner a otros en el mapa?

Sarah Jessica Parker, en un evento para recaudar fondos para Hillary Clinton.
Sarah Jessica Parker, en un evento para recaudar fondos para Hillary Clinton.James Devaney (GC Images)

SJP, al mundo editorial

Después de probar suerte como diseñadora de zapatos, Sarah Jessica Parker se atreve con un nuevo reto: el literario. No, no va a publicar sus memorias, pero cuando una tiene su poder de prescripción, ¿por qué limitarse a poner a otros —véase manolos y baguettes de Fendi— en el mapa? Hace tiempo que SJP decidió rentabilizar su influencia en herself.

La actriz e icono fashion editará cuatro obras de ficción al año con Hogarth Press, la editorial que fundaron Virginia Woolf y su marido y que cumplirá los cien años en 2017. Lo que pudiera parecer un transfer de su papel de columnista (pura ficción, claro) no lo es; Parker viene de familia de letraheridos. Como tenga tan buen ojo para las tendencias literarias como para los zapatos, triunfará.

Rodman contra Streep

La actriz Meryl Streep.
La actriz Meryl Streep.Cordon Press

Sarah Jessica Parker o SJP para amigos y medios de comunicación es una marca en sí misma. Pasó fugazmente este verano por Madrid, y deslumbró en casa de los embajadores de Estados Unidos a unos cuantos happy few. Normalmente, James Costos y su marido abandonarían España una vez que Obama deje la Casa Blanca. Si ganara Hillary, la Embajada madrileña podría ser un buen plan para alguno de sus grandes defensores del show business. ¿Por qué no soñar con una Sigourney Weaver? ¿O una Meryl Streep? Si ganara Trump nos moveríamos entre Tila Tequila, Dennis Rodman o Mike Tyson. Glups.

Las embajadas, de moda

No se sabe si por seguir la estela de los activos embajadores USA, pero desde hace meses no hay sarao madrileño que no tenga lugar en una de las embajadas premium de la capital: el lujo francés en la residencia de Serrano con María de Molina, el estilo italiano en la de la calle Juan Bravo y alguna que otra bebida espirituosa de tradición británica en la residencia del embajador. Faltaría algo más exótico…. ¿En la japonesa? Y la gente mataría por una buena fiesta cubana. Lo dejamos ahí.

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