El secreto del éxito de Donatella Versace

La diseñadora italiana Donatella Versace ha recibido múltiples halagos en las últimas horas por firmar uno de los vestidos más aplaudidos de la primera dama de Estados Unidos, Michelle Obama. Fue la prenda estrella de la cena de Estado que celebró en Washington el matrimonio Obama para el primer ministro de Italia, Matteo Renzi, y su mujer, Agnese Landini, junto con otros 500 invitados.

El vestido, en oro rosado, fue elaborado a medida por los modistos de Atelier Versace, la línea especializada en alta costura que creó un diseño largo, de cuello asimétrico y con drapeados en la zona de la cintura. La prensa especializada ha alabado la creación (Harper's Bazaar lo ha calificado de “radiante” y Vogue afirma que Michelle Obama ha tenido con él un “momento de diosa de la moda”) y las celebraciones llegaron también desde las redes sociales. Modelos como Naomi Campbell y Bella Hadid y diseñadores como Riccardo Tisci felicitaron a Donatella Versace por su vestido. La diseñadora agradeció a través de su cuenta de Instagram la confianza depositada por la primera dama y destacó su labor para “inspirar y darle poder a las mujeres”.

El ya famoso vestido es solo la última creación de Donatella Versace, de 61 años, símbolo de la opulencia y la sensualidad italiana y con un característico gusto por lo extravagante. Los secretos de su éxito verán la luz el próximo 1 de noviembre en su libro de memorias, titulado simplemente Versace (Rizzoli). Con 250 fotografías en blanco y negro y a color, algunas de reconocidos fotógrafos como Richard Avedon, Irving Penn y Steven Meisel, es una historia visual que cuenta las “intimidades” de la casa de lujo italiana.

Donatella narra su visión de la moda y comparte imágenes sobre el trabajo diario en los talleres. Hay retratos de algunas de sus modelos estrella, como Naomi Campbell o Linda Evangelista, y diseños de los trajes que más han deslumbrado en la alfombra roja de Hollywood. En más de 300 páginas, el libro también recoge escenas íntimas que representan la vitalidad magnética característica de la maison.

Uno de los momentos más difíciles lo vivió en 1997, cuando Donatella Versace se hizo con el mando artístico de la firma después de que el fundador, su hermano Gianni Versace, fuera asesinado con dos tiros en la cabeza en Miami. La relación con Gianni siempre estuvo marcada por la rivalidad, pero Donatella recuerda la tirantez como una tensión creativa: “Siempre hubo desencuentros entre nosotros, pero era bueno. Estoy convencida de que las mejores cosas nacen de momentos de tensión: la realidad es que estábamos siempre pensando en el futuro, siempre buscando cosas nuevas y con frecuencia había discusiones sobre cómo interpretarlo”. En el relato priman las palabras de cariño hacia su hermano: “He sido muy afortunada por ser su hermana. Me ha dejado una riqueza interior insustituible”.

Otra dificultad llegó en 2004, cuando la empresa estuvo al borde del abismo. Logró salir de él como una marca sólida que ha duplicado su tamaño en 10 años, gracias en parte a Donatella Versace, la mejor relaciones públicas -y la más provocadora- que ha tenido la firma.