_
_
_
_
_

¿Hacemos una porno?

26.000 visitantes en el Salón Erótico de Barcelona Apricots

El Salón Erótico de Barcelona Apricots 2016
El Salón Erótico de Barcelona Apricots 2016EFE

En verano de 2009 se estrenó en España Zack and Miri make a porno de Kevin Smith. Dos amigos de la infancia, agobiados por las deudas, intentan entrar en la industria pornográfica sin dejar de caer en la maravillosa tentación de enamorarse hasta las trancas. La película pasó sin pena ni gloria.

El porno de estos dos colegas carecía del ingenio de anteriores cintas del director (Clerks llegó a ganar el premio de la juventud a la mejor película extranjera en Cannes y en Sundance se llevó el trofeo de cineastas) y parte de su fracaso se debió a que no dejaba de ser una comedia romántica al uso. “¿Hacemos una porno?” que es como se comercializó en nuestro país, resultó infinitamente menos transgresora que el orgasmo de Meg Ryan en Cuando Harry encontró a Sally. La escena de la cafetería sí que explotó en nuestras cabezas veinte años antes gracias al fabuloso fingimiento de la novia de América de finales de los ochenta. Nadie niega sin embargo que la idea de Kevin Smith de que hagamos una porno es buenísima.

La semana pasada tuvo lugar el Salón Erótico de Barcelona Apricots que arrancó con la polémica del vídeo de presentación protagonizado por Amanda Miller. El impacto social y mediático del discurso revolvió los cimientos patrios. Sus más de tres millones de reproducciones duplican el visionado de la anterior edición protagonizada por Nacho Vidal. La actriz soportó ataques directos hacia su persona que más bien debieron dirigirse a la industria pornográfica. Amarna Miller fue acusada de favorecer un negocio que supuestamente humilla a la mujer y se cimenta en los gustos marcados por el heteropatriarcado más denigrante. El mismo argumento que considera que hay un sexo no apto para mujeres.

Esta última edición del Salón Erótico de Barcelona Apricots ha tenido 26.000 visitantes; más que ninguna otra. Uno de sus grandes éxitos ha sido el AULA DE SEXO. 28 propuestas de fetichismos y parafilias varias y sexualidades no muy al uso, como la que experimentan personas con diversidad funcional. Juntar sillas de ruedas con látex o BDSM con parálisis cerebral han sido proscritas hasta que no irrumpió en Vimeo el documental Yes we fuck de Antonio Centeno y Raúl de la Morena. Localización y estimulación del punto G (propio y ajeno), charlas sobre feminismo y pornografía, debates sobre los derechos de las trabajadoras sexuales, transexualidad e infancia... Todo un repertorio al que hay que sumarle 150 artistas nacionales e internacionales contoneándose gustosa y lascivamente con el beneplácito y el patrocinio de una conocida firma de chicas de compañía que se publicitan asegurando que "follan en la primera cita".

Ni toda esta variedad ha sido suficiente. Las críticas no han venido solo por el alma putera del patrocinio, también se les ha acusado de heteruzos. Los hombres homosexuales tienen EnClaveGay y el 20% de los espectáculos son lésbicos, pero hay quien acusa de que estos últimos están orientados a un público masculino y heterosexual pero no para mujeres lesbianas. El control de calidad de la parte artística corre a cargo de Bibian Norai, mujer vinculada a la industria pornográfica desde hace más de veinte años que niega que el SEB menosprecie sexualidades: “Solo desestimamos propuestas que no tienen calidad o que resultan agresivas. Critican lo que no hay pero tampoco presentan alternativas. Este año había muchas mujeres acompañadas de sus novias. Hablan como si a las lesbianas no les pudiera gustar el porno duro. Soy mujer pero sobre todo elijo; eso es feminismo: ser libre”.

Anneke Necro ha participado por primera vez en la cita de Vall d’Hebron. Necro es una de las actrices porno que más reivindica su feminismo dejando claro que su porno no “se limita a las caricias y a los besitos”. Al contrario, delante y detrás de la cámara es una de las que más normas se salta. A veces, la propia actriz, exactamente igual que Amarna Miller, permite que sus escenas se vean de forma gratuita a través de Cam4.es. En alguna ocasión también ha subido vídeos en los que aparece sola masturbándose a Pornhurb el gran portal del mainstream pero la mayor parte de su trabajo se disfruta previo pago. En su nutrida filmografía tiene cosas realmente punkis y títulos dirigidos por Erika Lust, la gran precursora de aquello que llamaron porno para mujeres. “Me encantaría que Erika Lust volviera al Salón Erótico de Barcelona”, reconoce la catalana. “Mis amigas lesbianas no encontraron nada a su gusto y lo que hace ella es exquisito. Gusta a cualquier sexualidad: homo, hetero o bi”. La directora sueca afincada en Barcelona hace años que no acude a la cita erótica patria a pesar de que desde la dirección no dejan de decir que la incluirían en cuanto ella quisiera. “Las veces que Erika Lust ha presentado cualquiera de sus propuestas ha arrasado en los premios”, reconoce Juli Simón, director del Salón Erótico de Barcelona Apricots. “Sabe que la queremos mucho pero por estrategia de su distribuidora declina la invitación”. Erika Lust está en la actualidad embarcada en la producción de la que será su próxima película, prevista para estrenarse a principios del 2017, aunque desde su cuenta de Twitter señaló que la cita en cuestión poco tiene que ver con el cine.

Retomemos la genial idea de Kevin Smith. ¿Por qué no hacemos una porno? ¿Por qué no mejoramos el porno que queremos ver? Pagando lo que nos gusta y desestimando lo que no; arrinconando la industria pornográfica que nos resulte más zafia e impulsando la que de verdad nos excite. Creando incluso. Hasta finales de octubre podemos participar en los I Premios Bonobo de cortos eróticos hechos con smartphone en el que están en juego 6.000 euros en premios y que cuenta con la colaboración de la SGAE. Cualquiera puede participar. Cualquiera puede ganar. Abierto a todo tipo de sexualidades sin mayor límite que la mayoría de edad de los participantes en el rodaje y su deseo explícito de aparecer para uso y disfrute de todos. El público vota su corto favorito a través de la página web y un jurado de profesionales emitirá también su propio veredicto.

Hagamos algo por la cultura erótica de este país. Participando, ponderando y mostrando puede que cambiemos esta pornografía de la que tanto nos quejamos ¿Quién sabe? Lo mismo es mucho más útil que porfiar tanto.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_