La locura de comprar una vivenda en China

En el país más poblado de la Tierra, cualquier estadística alcanza volúmenes descomunales: 700 millones de usuarios de Internet, 200 millones de jubilados, 120 millones de turistas. Pero hay cifras que, incluso en China, alcanzan niveles asombrosos. Como el de ventas de viviendas en Hangzhou, una tranquila capital de provincia de solo nueve millones de habitantes y que este mes acogió la reciente cumbre del G 20.

El domingo 18 se vendieron allí nada menos que 5.105 viviendas, más de un 60% de ellas de nueva construcción y, según ha calculado la página web Quartz.com, valoradas en un total de cerca de 1.000 millones de dólares. Han leído bien. Mil millones de dólares vendidos en una sola ciudad, en un solo día. Muchas agencias inmobiliarias permanecieron abiertas hasta la medianoche. Otras enviaron a su personal a Shanghái, la metrópolis vecina, para atender la demanda y lograr cerrar los contratos antes de las 12 campanadas.

La razón para la estampida era la entrada en vigor de un nuevo reglamento local que desde este 19 de septiembre impide comprar más de una vivienda en esa ciudad a los no empadronados. Una medida de las muchas que han impuesto las autoridades chinas para evitar la escalada de los precios inmobiliarios, que parece no tener fin en las grandes ciudades. En Hangzhou, la vivienda subió un 22% en agosto. El aumento medio en las principales urbes fue en ese mes del 9,2%. Si existe tal apetito por la propiedad inmobiliaria es porque los ahorradores chinos no cuentan con demasiadas alternativas. La debacle de la Bolsa el año pasado escarmentó a muchos. El interés que genera la deuda pública es mínimo y el que reciben los depósitos bancarios está sujeto al tipo que determina el Banco Central. Por eso, hasta ahora las medidas por enfriar el mercado no han conseguido disminuir la demanda. Y los interesados en comprar están dispuestos a medidas extremas. Ya quedó patente en Shanghái en agosto: el rumor —falso— de que se planeaba encarecer la compra de pisos para las parejas casadas disparó el número de solicitudes de divorcio.