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CLAVES
Columna
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Partidos ancla

Las crisis políticas tienen el efecto contrario a las económicas

Víctor Lapuente
El lehendakari y candidato del PNV a la reelección, Iñigo Urkullu, durante un mitin.
El lehendakari y candidato del PNV a la reelección, Iñigo Urkullu, durante un mitin.Miguel Toña (EFE)

Cuantos más partidos tenemos, más gobiernan los de siempre. La encuesta de intención de voto del CIS para las elecciones vascas y gallegas apunta en esa dirección. En un contexto de volatilidad política, los partidos a los mandos de las maquinarias gubernamentales afianzan su liderazgo. Los vascos encuentran en el PNV, y los gallegos en el PP, un ancla al que aferrarse en tiempos revueltos.

La política se ha fragmentado. El eje vieja-nueva política ha partido a la izquierda gallega por la mitad. Por un lado, los socialistas de siempre y, por el otro, En Marea (con Podemos, ANOVA, EU y Equo). En el País Vasco, la izquierda abertzale de EH Bildu empata técnicamente con Podemos por la segunda plaza, arrinconando a los socialistas. Ninguna de estas fuerzas tiene espacio para diferenciarse ni oxígeno para hacerse escuchar. El ascensor de la oposición va muy lleno y no queda claro quién es quién y qué quiere cada uno. Por el contrario, los partidos gubernamentales, ya sea con mayoría absoluta o en minoría, viajan solos. Gozan de una privilegiada visibilidad mediática y utilizan los resortes del poder para consolidar redes clientelares o, como mínimo, amigables.

Sin un líder claro en la oposición, un Gobierno no tiene un espejo en el que reflejarse de cuerpo entero. Un espejo que proyecte una alternativa a cada iniciativa del Gobierno. En Ayuntamientos, comunidades autónomas, y en el propio Congreso, ese espejo se está rompiendo en tantos pedazos como partidos de la oposición. Cada uno ofrece su visión parcial de unas políticas determinadas, pero nadie ofrece un enfoque de conjunto. Sólo el titular del Gobierno tiene capacidad para dialogar de todo.

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Las crisis políticas tienen el efecto contrario a las económicas. Una recesión quema al partido que está en el Gobierno, con independencia de su ideología. Los ciudadanos no se vuelven más de izquierdas, o de derechas, ante la adversidad, sino más anti-Gobierno. Pero las crisis de representación política, como la que estamos viviendo, acrecientan la ventaja relativa de los ocupantes del Gobierno. Mientras los demás gritan, ellos quedan anclados al poder. @VictorLapuente

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