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La paradójica carencia de vitamina D con 364 días de sol

El problema afecta al 78% de la población de Emiratos Árabes y las aseguradoras reaccionan

Ángeles Espinosa
Una turista coloca una sombrilla mientras dos mujeres se mojan los pies en una playa de Dubái.
Una turista coloca una sombrilla mientras dos mujeres se mojan los pies en una playa de Dubái.Karim Sahib (AFP)

¿Puede la población de un país que disfruta de 364 días de sol al año tener falta de vitamina D? El 78% de los ciudadanos de Emiratos Árabes Unidos (EAU) están afectados, de acuerdo con las últimas estadísticas. Los datos se han revelado a raíz de que la aseguradora nacional, Daman, haya anunciado que deja de financiar las pruebas para esa carencia, salvo cuando hay otras enfermedades que la causan. Y sus vecinos tampoco se libran.

La vitamina D es necesaria para el metabolismo de prácticamente todas las células del cuerpo, lo que hace que su deficiencia afecte a numerosos problemas de salud. El cuerpo humano la produce de forma natural cuando se expone a la luz del sol. De ahí que los especialistas estén recomendando esa sencilla medida desde los medios locales. Eso sí, indicando que se trata de exposiciones cortas, pero regulares, que no vale pegarse una panzada de playa de pascuas a ramos.

La dificultad radica en que, buena parte del año, en EAU, como en el resto de la región, las temperaturas superan los 40°C. Pero además, está la tradición local de cubrirse de la cabeza a los pies, lo que hace que incluso durante el invierno, cuando se puede salir al aire libre, la piel expuesta al sol sea mínima. El asunto es más delicado en el caso de las mujeres, muchas de las cuales sólo están dispuestas a despojarse de sus velos en entornos exclusivamente femeninos.

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La influencia del hiyab en la deficiencia de vitamina D sólo se admite de forma indirecta. Sin embargo, un estudio del Centro de Reumatismo de Irán apuntó hace unos años en esa dirección. Tras advertir de que “más de la mitad de los iraníes de menos de 40” sufría el problema, constataba que la carencia era mayor entre las mujeres, el 54% frente al 51% de hombres, entre los menores de 40. Significativamente, ese porcentaje se reducía a un 36% y un 46%, respectivamente, para los mayores de esa edad, justo los que fueron niños antes de la revolución islámica que impuso el velo a todas las mujeres a partir de los nueve años.

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Sobre la firma

Ángeles Espinosa
Analista sobre asuntos del mundo árabe e islámico. Ex corresponsal en Dubái, Teherán, Bagdad, El Cairo y Beirut. Ha escrito 'El tiempo de las mujeres', 'El Reino del Desierto' y 'Días de Guerra'. Licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense (Madrid) y Máster en Relaciones Internacionales por SAIS (Washington DC).

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