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Columna
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Lo raro

Los delitos por los que Otegi cumplió cárcel implican un ataque directo al funcionamiento de la democracia

Fernando Savater
El dirigente abertzale Arnaldo Otegi  presentando en San Sebastián la propuesta política que ha elaborado junto con su equipo de trabajo.
El dirigente abertzale Arnaldo Otegi presentando en San Sebastián la propuesta política que ha elaborado junto con su equipo de trabajo.Javier Etxezarreta (EFE)

Arnaldo Otegi asegura que la ley bien interpretada ampara su derecho a presentarse como cabeza de lista bildutarra a las elecciones; yo opino lo contrario, pero como ni él ni yo somos juristas tendremos que esperar a ver qué dictamina el TC. Otegi añade que lo raro que debe explicarse es por qué un ciudadano no podría presentarse a unas elecciones democráticas. Le secundan en su escandalizado asombro especialistas en teoría democrática como Pablo Iglesias, Alberto Garzón y nacionalistas de toda la rosa de los vientos. Por su parte, Meritxell Batet, aunque advierte que ella no le votaría (lo que me quita un peso de encima), señala que Otegi ha cumplido sus obligaciones jurídicas (y suponemos que también las fiscales, familiares, etcétera), por lo que no ve impedimento a su candidatura. Pues a mí me parece todo menos raro que no pueda ser candidato. Si alguien es condenado por abusos a menores, tras cumplir su pena tiene derecho a ganarse la vida pero no como maestro o encargado de guardería. Si uno maltrata a su mujer, además de prisión o multa es normal que deba cumplir una orden de alejamiento de su pareja. Y no hablemos de los cargos públicos imputados por corrupción, que deberán abandonar las tareas institucionales de una vez por todas. Los delitos por los que Otegi cumplió cárcel implican un ataque directo al funcionamiento de la democracia: ¿es raro que ahora no se le considere apto para representarla?

Algunos consideran que esta prohibición puede serle electoralmente favorable. ¡Pues vaya opinión tienen de los votantes vascos! Quienes antes no se preocuparon de las víctimas del terrorismo van ahora a convertir a Otegi en la primera víctima digna de apoyo. Y dicen que creen en un futuro en paz...

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