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Un tuit para conseguir un DNI

Con la campaña #Droitalidentite los blogueros han conseguido que el gobierno guineano renueve los documentos de identidad. La ausencia de identificaciones había alimentado el caldo de cultivo de la corrupción cotidiana

Carlos Bajo Erro
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“La policía te pedía el carnet de identidad en cada control, si no lo tenías debías pagar a los agentes 10.000 francos guineanos (1,2 euros), si lo tenías caducado eran 5.000 (60 céntimos). El único problema es que el Gobierno había dejado de expedir documentos de identidad en diciembre de 2014 y los policías eran los encargados de esas renovaciones. Ese dinero no va a las arcas del Estado”. Quien explica esta situación es Fodé S. Kouyaté, presidente de Ablogui, la asociación de blogueros de Guinea Conakry. Y ese es uno de los principales motivos por los que la organización lanzó la campaña #Droitalidentite con la que pretendía presionar al Gobierno para que volviese a expedir los documentos identificativos.

Los guineanos residentes en el extranjero tenían que regresar al país sólo para poder renovar sus pasaportes. En las embajadas no tenían los documentos. Los que residen en el país no podían renovar sus carnets de identidad caducados o perdidos. Desde diciembre de 2014, las comisarías no realizaban ese trámite. El motivo, oficialmente, era que las autoridades guineanas estaban pendientes de incorporar un nuevo modelo de CNI (documento nacional de identidad en francés) biométrico y mientras no llegaba habían suspendido las nuevas expediciones. El problema es que tardaba más de la cuenta en llegar. “Para los que están en el extranjero, el billete de avión puede ser un gasto imposible de asumir. Los que estamos aquí no podíamos ir al banco, no podíamos hacer trámites administrativos y la policía lo había convertido en una fuente de ingresos irregular”, explica Fodé S. Kouyaté.

Ante esta situación, los blogueros de Ablogui asumieron lo que consideraron un deber cívico: protestar y empujar al Gobierno a acabar con esas molestias para los ciudadanos. En marzo lanzaron una campaña a través de las redes sociales: #Droitalindentite. Empezó como una denuncia, como una acción para poner en evidencia a los gobernantes ante sus ciudadanos y ante sus socios internacionales. En los primeros días, coordinaron la acción de algunos de los tuiteros más influyentes del país.

En pocos días, las redes sociales y, fundamentalmente, Twitter recogieron todas esas quejas que señalaba Kouyaté. Las mordidas de la policía, el comercio de carnets falsificados al que recurrían los ciudadanos desesperados, la indefensión de los que viven en el extranjero… “En unos días dejaré de ser guineano. Mi carnet caduca el lunes”, decía preocupado un tuitero. Otro concretaba para demostrar que sus quejas eran reales: “5.000 francos para pasar el control del puente de Tanènè si no tienes carnet de identidad”. Conseguían, así, poner en evidencia la inacción de las autoridades y la ineficacia para dar solución a un problema tan básico. Les estaban sacando los colores en la red.

“Cuando lanzamos la campaña, muchas otras organizaciones de la sociedad civil estuvieron de acuerdo y coincidían en que era una necesidad. Gracias a esos apoyos consiguió alcance nacional y una fuerte movilización”, confiesa el presidente de Ablogui. El ruido virtual y los contactos que realizaron los impulsores de la campaña llamaron la atención de los medios convencionales. Así, los blogueros asaltaron las radios primero y, finalmente, las páginas de un medio de proyección internacional: la revista Jeune Afrique.

“Nosotros pedíamos que se acabase con los inconvenientes que la falta de carnets de identidad estaba provocando”, explica el presidente de los blogueros guineanos. No estaban exigiendo al Gobierno ninguna solución imposible. Los autores de la campaña proponían a las autoridades de diesen la orden de mantener la validez de las piezas excepcional y temporalmente, aunque estuviesen caducados, o que se aceptasen los carnets de elector.

Cartel reclamando la renovación de documentos de identidad.
Cartel reclamando la renovación de documentos de identidad.Ablogui

“Nuestra queja fue subiendo”, cuenta Kouyaté, “y las autoridades empezaron a tomar postura. Primero, el ministro de la Unidad Nacional nos contestó a una carta que enviamos al Gobierno. Se comprometió a hacerse eco de las quejas y las hizo llegar al ministro de Seguridad, que es el responsable del tema e, incluso, al Primer Ministro”. El representante de los blogueros guineanos explica que llegó a llamar por teléfono al responsable de Seguridad cuando, en medio de la campaña, se encontró con un control policial en el que seguían pidiendo 5.000 y 10.000 francos a los ciudadanos que no tenían carnet de identidad o lo tenían caducado. El ministro había declarado públicamente que no había chantajes. Ante la evidencia tuvo que atender a las quejas.

A finales de abril, las embajadas habían emitido notas anunciando la disponibilidad de pasaportes para su renovación y el día 25 las comisarías comenzaron a renovar los DNI. Eso sí, en el formato antiguo, porque los biométricos no habían llegado. Los blogueros no terminaban de fiarse y desplegaron sus contactos para verificar que, efectivamente, los carnets estaban disponibles en el país y los pasaportes en las embajadas.

La organización de blogueros ha conseguido en poco tiempo un considerable prestigio en Guinea. Durante las últimas elecciones presidenciales fueron capaces de poner en marcha, GuineeVote, un dispositivo de vigilancia de los comicios que fue la envidia de los ciberactivistas de otros países con más tradición tecnológica. Esa fue, en realidad, su puesta de largo y su presentación ante las organizaciones de la sociedad civil.

Para Fodé S. Kouyaté la campaña para reclamar el derecho a tener piezas de identidad les ha permitido avanzar en su compromiso cívico y “medir la capacidad de influir”. “Queríamos mostrar que estábamos enfadados y que hay una vía para presionar a las autoridades sin violencia. Creo que ese ejemplo es muy importante, una reivindicación sin violencia, que además funciona. Y la herramienta fundamental para conseguirlo han sido las redes sociales. #Droitalidentite ha demostrado que las TIC están al servicio de todo el mundo y que permiten una nueva forma de expresar la ciudadanía”, sentencia con satisfacción Kouyaté.

Sobre la firma

Carlos Bajo Erro
Licenciado en Periodismo (UN), máster en Culturas y Desarrollo en África (URV) y realizando un doctorando en Comunicación y Relaciones Internacionales (URLl). Se dedica al periodismo, a la investigación social, a la docencia y a la consultoría en comunicación para organizaciones sociales.

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