Más risas
Se está formando un elegante club internacional de patriotas en harapos
La semana pasada resonó en toda Europa el estruendo de una carcajada, la de un dios idiota que se está apoderando del mundo por falta de lecturas. Lo que provocó la hilaridad divina fue constatar que una mayoría de idiotas británicos había elegido lo peor para sus hijos y nietos. Había triunfado una pareja de payasos, Boris y Farage, en el lugar donde durante siglos se había refugiado la racionalidad, la inteligencia, el humor y el sentido común de Europa. Cuando las otras naciones enloquecían e iniciaban cruzadas carniceras, la Gran Bretaña conservaba su sangre fría. Hemos perdido más que un aliado, hemos perdido un modelo.
Sin embargo, durante el fin de semana la sonrisa se le heló en la boca al dios idiota. Frente a lo que vaticinaban las encuestas, Podemos, el partido tercermundista de España, perdió un millón de votos. Sólo obtuvo buenos resultados en las dos regiones más decadentes del país, Cataluña y las provincias vascongadas. Lugares que, como Inglaterra, habían sido modelos culturales y económicos en el pasado, en la actualidad son el último refugio donde parte de la población aún quiere creer las mentiras chavistas: prefiere vivir en el sueño de los engañados antes que despertar a la realidad.
La tercera carcajada está en ciernes y es la peor de todas. Trump visitó Reino Unido para festejar a quienes van a dejar de ser europeos. Es lógico. Trump forma un trío irresistible con la pareja artística de Boris y Farage. También los de Podemos nos querían sacar de la Unión Europea y así lo declararon en Bruselas, aunque ahora lo nieguen. Un propósito consecuente con el nacionalismo religioso de los separatistas catalanes y vascos. Se está formando un elegante club internacional de patriotas en harapos.
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