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Llamar gordo a tu hijo lo estresa

Los padres que perciben que sus hijos tienen sobrepeso y se lo dicen, sea verdad o no, consiguen que estos cojan más kilos

Carolina García

Los padres que perciben que sus hijos tienen sobrepeso y se lo dicen, sea verdad o no, consiguen que estos cojan más kilos, esta es la principal conclusión de un estudio australiano, elaborado con 3.500 niños en edades comprendidas entre los cuatro y cinco años.

Basándose en el índice de Masa Corporal (IMC) de los pequeños, los investigadores preguntaron a un progenitor, en su mayoría a las madres, si pensaban que su hijo estaba delgado, tenía peso normal o estaba gordo. De ellos, un 20% tenía sobrepeso y un 75%, peso normal. Solo el 20% de los padres con hijos con sobrepeso consiguió percibir la realidad, continúa la investigación, liderada por expertos de la Universidad de Liverpool (Reino Unido) y publicada en la revista Pediatrics hace unos días.

Tras el experimento, los autores midieron el IMC de los pequeños cada año hasta la edad de 13 años; aquellos niños que sus padres habían percibido a sus hijos con sobrepeso, independientemente de su peso real, cogieron kilos en intervalos de dos años.

Con los datos recopilados, el trabajo australiano concluye que “dejando el peso real a un lado, los progenitores que creen que sus hijos tienen sobrepeso consiguen que sus hijos tengan una mayor predisposición a aumentar de kilos que aquellos que con acierto o no piensan que el peso de su pequeño es el ideal”, aseguran los autores. “Contrariamente a lo que se piensa”, prosiguen, “la identificación del sobrepeso de los peques por parte de sus padres no les protege de ser gordos en el futuro".

Los autores aseguran que es necesario hacer más investigación a este respecto, “para así averiguar la implicación exacta de los padres en este hecho y saber cómo contribuyen a que sus hijos sean obesos o no".

“Es cierto que en la actualidad, el estigma que existe con relación a los niños con sobrepeso hace que muchas veces estos coman excesivamente. Por ejemplo, hay que cambiar que muchas veces los padres les ofrecen comida para que se encuentren mejor, para que se sientan queridos y reconfortados”, concluyen.

La epidemia del siglo XXI

Según la Organización Mundial de la Salud, "el sobrepeso y la obesidad se definen como una acumulación anormal o excesiva de grasa que puede ser perjudicial para la salud". En 2013, 42 millones de niños menores de cinco años tenían sobrepeso en el mundo. La obesidad infantil es uno de los problemas de salud pública más graves del siglo XXI.

"Los menores con sobrepeso", continúa la OMS, "tienen muchas probabilidades de convertirse en adultos obesos y, en comparación con los niños sin sobrepeso, tienen más probabilidades de sufrir a edades más tempranas diabetes y enfermedades cardiovasculares. La obesidad suele ser el resultado de un desequilibrio entre las calorías ingeridas y las calorías gastadas".

¿Qué podemos hacer los padres?

  1. No dejar que tus hijos estén mucho tiempo delante de la tele
  2. No permitir que sea el pequeño, el que elija lo que quiere comer
  3. No consentir que los peques estén demasiado tiempo sentados en sillas de paseoo de coche
  4. Cuando se pueda, es preferible que el niño tome leche materna
  5. Buscar parques o sitio de recreo
  6. Acudir al médico para pasar los exámenes correspondientes. Debería ser así hasta la edad de 5 años
  7. Dejarles dormir hasta tarde
  1. No dejar que tus hijos estén mucho tiempo delante de la tele
  2. No permitir que sea el pequeño, el que elija lo que quiere comer
  3. No consentir que los peques estén demasiado tiempo sentados en sillas de paseoo de coche
  4. Cuando se pueda, es preferible que el niño tome leche materna
  5. Buscar parques o sitio de recreo
  6. Acudir al médico para pasar los exámenes correspondientes. Debería ser así hasta la edad de 5 años
  7. Dejarles dormir hasta tarde

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Sobre la firma

Carolina García
La coordinadora y redactora de Mamas & Papas está especializada en temas de crianza, salud y psicología, y ha desarrollado la mayor parte de su carrera en EL PAÍS. Es autora de 'Más amor y menos química' (Aguilar) y 'Sesenta y tantos' (Ediciones CEAC). Es licenciada en Psicología, Máster en Psicooncología y Máster en Periodismo de EL PAÍS.

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