Un homenaje al mítico Vincent Price, el plato fuerte del Nocturna 2016

Nocturna es sinónimo de terror, de cine y de mala leche. De gamberradas, pero también de intelectualismo, amor por el séptimo arte y descubrimiento. El festival internacional de cine, que se celebra en Madrid, en el cine Palafox del 23 al 29 de Mayo, nos brinda la oportunidad de acceder por primera vez a los estrenos mundiales de varias cintas de terror, fantasía o ciencia ficción. También  podremos participar como juez, jurado y verdugo de la competición que alzara a unos pocos elegidos con el galardón. 

En sus anteriores ediciones, Nocturna nos ha brindado cineforums con algunos personajes realmente destacables como Robert Englund, Joe Dante, Alexandre Aja o la actriz de Juego de Tronos Natalie Dormer. Además, ha dado a los cineastas un escaparate donde mostrar su obra, cosa curiosa en este país donde lo fantástico cada vez se ve más condenada al ostracismo.  Pero en el Festival Nocturna de cine Fantástico cabe de todo.

Este año habrá algunos eventos paralelos que harán las delicias de los cinéfilos, como la visita de John Landis, director de la mítica Un hombre lobo americano en Londres, que también se proyectará en el festival, con el que tendremos la oportunidad de hablar y debatir sobre el cine actual y pasado. El plato fuerte será un homenaje a Vincent Price con visita de su hija, Victoria Price, y estreno de un galardón en su honor, el Premio Vincent Price al Mejor Actor.

En un evento en la sala Ámbito Cultural de El Corte Inglés de Callao, la hija de Price se reunirá con el público para hablar de la carrera de su padre en este centésimo quinto aniversario de su nacimiento y del amor que le profesaba este a la ciudad capital. A esto se suma la proyección en sesión especial de una de sus películas más emblemáticas el viernes 27 de Mayo, a la caída del sol: The Pit and the Pendulum, la cinta adaptación de una de las más oscuras obras de Edgar Allan Poe. Quién sabe, lo mismo hasta contamos con la presencia espectral de este maestro del horror...

Las películas a concurso

En competición están, entre otras, Camino (protagonizada por Nacho Vigalondo, el hombre al que Hollywood parece adorar y España no tanto); Cold Moon (terror en lagos y lagunas); Keeper of Darkness (exorcismos chinos con gran factura); Polder (ciencia ficción suiza que bebe de las fuentes de Blade Runner); Summer Camp (en España no sales vivo de un campamento); Abduct (un compendio de todos los mejores temas de conspiración alienígena en Gran Bretaña); Embers (belleza visual al servicio del postapocalipsis); Patient (demonios que atormentan a enfermos en hospitales); I had a bloody good time at House Harker (los descendientes de Jonathan Harker, quien desenmascara a Drácula y lucha por el amor de su prometida, fingen una invasión de vampiros en su pueblo); Scream Week (si te invitan a una fiesta desmadre gratis con una villa entera para ti y tus amigos, desconfía) o The lesson (lo que muchos profesores quisieran hacer con sus alumnos).

Hasta hace poco, yo era un profano en esto. Tomé consciencia de dónde me encontraba y de qué iba todo esto del Festival Nocturna de cine Fantástico hace ahora un año, viendo una tremenda felación en una pantalla de cine, a altas horas de la noche. Parecía una sesión doble de Garganta Profunda y, salvo por alguna pantalla de móvil a destiempo en la oscuridad, podríamos estar en los setenta o en una película de Woody Allen. El corto que pasaban lo había escrito y dirigido Eduardo Casanova (de Aída) y lo protagonizaba Macarena Gómez (de La que se avecina). Y al minuto de metraje, entre paredes rosas, sábanas rosas y un cardado sesentero, la actriz realizaba una increíble gratificación oral al ritmo de música tecno. En ese momento se hizo el silencio y nos dimos cuenta de que las noches en el Nocturna podían ser así. Y pasar por ellas es como un ritual.

Lo siguiente fue la proyección de la cinta Bunny the Killer Thing, del director finés Joonas Makkonen, dentro de concurso. Basta decir que la película trata sobre un conejo gigante con órganos masculinos que le cuelgan hasta la rodilla y viola cualquier cavidad a su alcance. Pongamos una cabaña en las montañas nevadas de Finlandia con adolescentes y alcohol y tenemos una de las cintas más bizarras que he visto. Y el caso, es que lo pasamos realmente bien. A la salida, nos pidieron que votáramos con un sistema de papeletas y le di muy buena nota a ambas propuestas. Si me pongo a reflexionar, lo mismo me dejé llevar por la euforia del festival, pero así es la vida. Cuando salí del cine Palafox de Madrid era de madrugada y no podía parar de hablar con mis amigos de las dos extrañas obras que habíamos visto.

Aquella noche decidí acudir con mis amigos después de tomar una buena cena, unas copas, y acudir a la última sesión del día. No conocíamos la película, apenas conocíamos el festival. El cine Palafox de Madrid, sede del evento, es un edificio de aspecto clásico pero bien cuidado, uno de esos cines con el encanto retro del Madrid dictatorial. Seguro que en aquella época, el Nocturna era impensable. En el cine, no hay que guardar demasiado silencio. Hablamos de un evento social, por lo que reírse, gritar o corear con el resto del público de la sala está recomendado (si la cinta se presta a ello). Si es una película gore que imita los cánones del cine de serie B, mejor que mejor.

Si eres cinéfilo y estás harto de que te machaquen los que acuden a Cannes, Sitges o Gijón en peregrinación a pasárselo bien con estrellas de cine independiente y películas muy cultas que luego ni ves en las carteleras de los cines (pero que a fin de cuentas es el cine que te hace reconciliarte con el séptimo arte), tienes un festival en el mismo corazón de Madrid. Un evento al que hay que dedicarle unos días, unos euros, y juntarte con tus amigos más frikis porque ya seas de Ciudadano Kane o de Guardianes de la Galaxia, la magia del Nocturna dará un revés a tu videoteca particular.