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Bienvenidos al universo ‘ladies’ mexicano

Que una mujer conduzca ebria e intente sobornar a un policía pasa de ser un acto deplorable a un trampolín para el estrellato

Elena Reina
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Brash, rude and violent: Welcome to the world of Mexican “ladies”

No cualquiera puede ser una buena Lady. Para triunfar con ese apodo en México son necesarias dos cosas: creerse por encima de la ley y que haya una cámara de vídeo. Así conducir ebria, golpear a un policía e insultarle, intentar sobornarlo con 100 pesos o arrojar basura donde está prohibido, pasa de ser un acto deplorable al trampolín de la fama. La última ha batido los récords de éxito con un vídeo difundido por las redes sociales. La conocida como Lady 100 pesos, que conducía borracha e intentó pagar una mordida, tiene todas las papeletas para ser la próxima portada de Playboyya le hizo la propuesta y el domingo ha convocado una firma de autógrafos. Bienvenidos al universo ladies mexicano. 

"El nombre parte de un prejuicio social o de un resentimiento de clase. El hecho de que las llamen ladies es porque las asocian a personas de clase alta con mucho poder y le da un toque irónico", explica Mariluz Garay, profesora de Comunicación en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) con investigaciones en redes sociales. Garay añade que el éxito de estos vídeos es que mucha gente "encuentra placer en ver a los ricos, que creen que pueden saltarse la ley, haciendo el ridículo".

Los vídeos de este tipo se exprimen en las redes sociales y pueden ser lo más comentado durante días. El más destacado de ellos —que dio origen a una serie cada vez más habitual— lo protagonizó la hija del director de la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) en abril de 2013. Enseguida encontraron un nombre: LadyProfeco. Andrea Benítez entró a un restaurante de moda de la capital mexicana y exigió una mesa, no quería esperar su turno. Como ella consideró que le habían dado un "pésimo servicio", movilizó a los funcionarios del organismo público en el que trabajaba su padre y acabaron clausurando el establecimiento. Lo ocurrido desató tal indignación que el Gobierno mexicano tuvo que anunciar una investigación. El caso acabó con la renuncia definitiva de Humberto Benítez como director de la institución.

En 2011 dos mujeres de uno de los barrios más acomodados de la Ciudad de México habían insultado y vejado a un policía que las había detenido por un accidente de tráfico. Las Ladies de Polanco golpearon a un oficial y despotricaron contra él: “¡Pinche puto de mierda, chinga a tu madre pinche asalariado!”, espetó una de ellas. El vídeo, colgado en la plataforma Youtube, tiene casi un millón y medio de reproducciones. 

"Todos tenemos un espíritu voyerista dentro y nos gusta ver a alguien en una situación comprometida. Y más aún si se trata de una persona poderosa", explica Raúl Trejo, doctor en Sociología de la UNAM. Trejo señala también: "La sociedad de masas elige a pequeños ídolos a los que adjudica 15 minutos de fama y destacan sólo porque resultan curiosos, extravagantes, grotescos. Pero es algo efímero". 

El último de ellos ha sido el de Daniela Aguirre, Lady100pesos. La joven conducía ebria una camioneta cara en Guanajuato y la Policía la detuvo después de chocar hasta dos veces contra otros autos. Para intentar escaparse intentó sobornar a un policía con un billete de 100 pesos, unos seis dólares. Acabó arrestada y tuvo que pagar una fianza de 1.500 pesos. En menos de una semana ha conseguido, además de llamar la atención de Playboy, más de dos millones de reproducciones en Youtube y un corrido.

Como una manera de criticar este fenómeno fan hacia las ladies, este miércoles se forzó la tendencia de LadyMatemáticas. Una joven, Olga Medrano, que destacó por ganar una medalla de oro en la Olimpiada Europea de Matemáticas y no por saltarse la ley. Los tuiteros crearon un hashtag para reivindicar otros valores. Pero el morbo y el placer de ver a una chica bien en apuros no ha sido superado —"ni lo será", apuntan los expertos— por un premio académico. 

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Sobre la firma

Elena Reina
Es redactora de la sección de Madrid. Antes trabajó ocho años en la redacción de EL PAÍS México, donde se especializó en temas de narcotráfico, migración y feminicidios. Es coautora del libro ‘Rabia: ocho crónicas contra el cinismo en América Latina’ (Anagrama, 2022) y Premio Gabriel García Márquez de Periodismo a la mejor cobertura en 2020

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