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Tentaciones
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Jesse Eisenberg, el Lex Luthor 'millennial'

Entrevistamos al villano de 'Batman v. Superman: El amanecer de la justicia'. Y su versión del personaje no es como los demás: tiene pinta de emprendedor pero maneras de Donald Trump

Jese Eisenberg en la 'sede' de LexCorp
Jese Eisenberg en la 'sede' de LexCorp

Cuando, en 1933, los autores de ascendencia judía Jerry Siegel y Joe Shuster crearon al superhéroe más icónico de todos los tiempos, jamás imaginaron que alguien que compartiese sus creencias religiosas acabaría convertido en Lex Luthor, la mayor amenaza conocida de Superman. Jesse Eisenberg (Nueva York, 1983) nació en el seno de una familia judía ashkenazí, creció escuchando los discos de Ween y probablemente morirá siendo flexitariano. Eso sí: ninguna de las biografías que le dediquen utilizará la palabra cómic al hablar de su infancia. "Nunca he leído Superman o Batman", nos confiesa el actor antagonista de El amanecer de la justicia, la película de Zack Snyder que enfrenta a ambos superhéroes. "Mi sobrino de cinco años sí que está comenzando a interesarse por esas historias. Él nunca podría empatizar con los enemigos de estos personajes, porque de pequeño tiendes a idealizar las figuras heroicas. En ese sentido, lo que yo estoy haciendo con mi papel es todo lo contrario a cumplir un sueño infantil", reflexiona este nuevo, flamante y millennial Lex Luthor.

"Cuando interpretas a alguien como Lex Luthor, la mayor dificultad es dar con su lado humano: descubrir qué le enfada, qué le hace vulnerable, qué le entristece", responde Eisenberg cuando se le pregunta sobre la construcción de su papel. "Si logras encontrar todos los sentimientos que no suelen asociarse a la figura del villano y los incorporas a tu actuación, de repente haces que el personaje sea más interesante y más peligroso: puede ganarse tus simpatías; puedes llegar a estar de acuerdo con él". Os lo aseguramos: éste no es el Lex Luthor que conocimos con Superman (Richard Donner, 1978), ni mucho menos el que aparecía en Superman returns (Bryan Singer, 2006). "El Luthor que yo interpreto es muy diferente a cualquier otra versión que hayas visto en películas anteriores: tiene una psicología extremadamente compleja; no es nada camp ni paródico".

Hay vida antes de la kryptonita, y la de Jesse se forjó en el cine independiente. Una de sus actuaciones más celebradas en lo que a indie se refiere fue la que nos regaló como operario adolescente del parque de atracciones de Adventureland (Greg Mottola, 2009). "Aunque todo el equipo era maravilloso y me encantó estar en esa película, me sentí muy miserable durante el rodaje", revela. "Tenía la sensación de estar actuando fatal y pensaba que iba a arruinarlo todo. En cierta forma, me sentía como el personaje al que estaba interpretando: completamente inseguro de mí mismo". Con el paso del tiempo, Eisenberg no solo ha ganado confianza como actor, sino que ha descubierto que la distancia entre Sundance y Hollywood es más bien poca. "Mi sensación cuando estábamos en el set de El amanecer de la justicia era la misma que en los rodajes de películas pequeñas. No sentía que estuviese trabajando en un blockbuster, sino en un drama intimista. Zack Snyder es capaz de contarte una historia de corte fantástico haciendo que parezca muy realista. La atmósfera de la película consigue hacerte sentir que los hechos ocurren en el mundo real".

"Lex Luthor es xenófobo y Superman viene de otro planeta: representa al inmigrante"

Si muchos han visto paralelismos entre el Mark Zuckerberg al que Jesse diese vida en La red social (David Fincher, 2010) y el Lex Luthor de El amanecer de la justicia –su empresa LexCorp está más cerca de una startup que de un negocio familiar–, la esencia del personaje recuerda más a Donald Trump que al creador de Facebook. "Es divertido ver en boca de mi personaje expresiones que se están oyendo hoy en día en nuestras campañas electorales. La naturaleza de Lex es xenófoba: no le gusta la idea de que alguien de fuera se instale en su territorio; lo considera una invasión. Superman viene de otro planeta por lo que, a todos los efectos, representa mejor que nadie la figura del inmigrante".

A diferencia de Trump, a Eisenberg las polémicas que le acompañan son pocas. Una de ellas se originó al relatar en la televisión estadounidense lo mal que lo pasó durante su paso por El Hormiguero. "Mis palabras se sacaron de contexto: realmente me pareció una entrevista muy divertida. Fue una experiencia diferente a las de un late show americano. Ten en cuenta que por aquí no tenemos marionetas saliendo de las mesas". Pablo Motos puede descansar tranquilo. ¿Clark Kent? Habrá que verlo.

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