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PUNTO DE OBSERVACIÓN
Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

A la espera de una difícil abstención

Queda suficiente tiempo para que PSOE y Podemos lleguen a un acuerdo

Soledad Gallego-Díaz

El embajador más joven ante Naciones Unidas fue Tommy Koh, nombrado por Singapur a los 33 años. Terminó representando a la propia ONU en complicados tratados internacionales y mereció ser elegido por la Universidad de Harvard como uno de los “Grandes Negociadores de la Historia”. Koh, que estudió Derecho y Criminología, aunque opinaba que eso último no debería ser tenido muy en cuenta, elaboró listas de habilidades que debían tener los equipos negociadores. Pero siempre las resumía en dos: no precipitarse, y tener suerte.

Koh seguramente no estaría inquieto a la vista de las negociaciones que se llevan a cabo en España para formar gobierno y no tener que celebrar nuevas elecciones. Pensaría que queda suficiente tiempo para que PSOE y Podemos lleguen a un acuerdo, incluso entre la primera y la segunda votación de investidura, que se celebran esta semana, o incluso en los dos meses de plazo que empezaran a correr en ese momento. Otra cosa es que sea fácil.

La Constitución española no obliga al rey a designar a otro candidato a presidente del Gobierno inmediatamente después del fracaso de una investidura, sino que puede esperar a que corra el tiempo para las nuevas elecciones o a que alguno de los líderes políticos acuda al presidente del Congreso a informarle de que ya ha alcanzado un acuerdo suficiente. Solo en ese momento, Felipe VI convocaría al candidato para anunciar el nombre de quien que se sometería a otra sesión de investidura.

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En cualquier caso, Tommy Koh llegaría a la conclusión de que, en estos momentos, todo depende de un único movimiento: la abstención de Podemos. ¿Puede producirse? ¿Cómo? ¿Por qué?

La Constitución no obliga al rey a designar a otro candidato a presidente del Gobierno inmediatamente después del fracaso de una investidura

Es de suponer que Koh estaría algo molesto, no con la elaboración del documento entre PSOE y Ciudadanos, que le parecería un paso lógico, sino en la manera old fashion, solemne, en que se presentó. Y habría pedido a sus redactores un poquito menos de apresuramiento y torpeza y algo menos de detalle, quizás unas pocas páginas menos, con la idea de dejar más espacio a los argumentos para incentivar la abstención de Pablo Iglesias y sus colegas.

A la vista de sus escritos, es posible que el inteligente profesor, (singapurense hijo de chinos) recomendara que cada uno analizara otra vez sus intereses y después buscara, sin ira, la manera de llegar a ellos. La anhelada abstención de Podemos, opinaría el señor Koh, no perjudicaría los intereses de Iglesias, puesto que le permitiría convertirse en la principal oposición de izquierda en el Congreso, mientras que provocar unas nuevas elecciones siempre acarrea riesgos. Uno de ellos, que Mariano Rajoy considere que es más fácil renunciar a ser candidato en unos nuevos comicios que dejar paso ahora, sin elecciones, a un sustituto/a menos implicado en la corrupta historia de su partido.

Tommy Koh admitiría, sin duda, que es un escenario incómodo para Pablo Iglesias y que no es fácil encontrar los argumentos que le puedan llevar a cambiar de posición y que sean aceptados por sus militantes. Ahí entraría la capacidad de los negociadores, no solo de PSOE y Podemos, sino también de Izquierda Unida y de Compromís, para idear alicientes. Algo debería ser percibido de manera diferente para que Podemos optara por abrir la puerta a Pedro Sánchez; no basta con que Iglesias crea que no le va a restar protagonismo político a Podemos, sino que necesita un escenario que justifique ese cambio.

¿Y por dónde entra la suerte? Quizás Koh se refería a la importancia del azar en todo proceso de negociación. No es solo asunto de ofertas y necesidades. Interviene también la personalidad de los interlocutores, la presión exterior, los datos demoscópicos, acontecimientos inesperados... Suerte.

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