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Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

Cinismo en la negociación

Junts pel Sí envía a la CUP un plan detallado para que asegure la continuidad de Artur Mas

El presidente de la Generalitat en funciones, Artur Mas.
El presidente de la Generalitat en funciones, Artur Mas.Toni Albir (EFE)

Las 61 páginas de la Propuesta de acuerdo para la independencia que Junts pel Sí (Convergència y Esquerra) mandó ayer a la CUP para que esta asegure la continuidad de Artur Mas en la presidencia de la Generalitat son un leve ejercicio de puro cinismo. Formalmente se presentan como un anticipo de preacuerdo —para no soliviantar al grupo antisistema con presiones—, pero son un plan detallado. Se declaran como un programa de gobierno para una transición a la independencia, y en realidad se trata de una amalgama de propósitos ilegales, objetivos de incierta financiación ante la situación de quiebra técnica del autogobierno catalán y ficciones de paraísos adanistas.

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El texto proclama, también cínicamente, la pulcritud democrática derivada de un “mandato democrático” (el del 27-S, cuando el plebiscito secesionista no logró la mayoría) en realidad inexistente. Y postula la necesidad de la seguridad jurídica sin detallar cómo conseguirla; antes bien, concretando a cada paso cómo conculcar la regla de toda ley, con afán reglamentista.

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Como la propuesta deriva de la declaración de insurgencia/desconexión de ambos grupos, confirma los efectos reales y el carácter ejecutivo de la misma, dando la razón al argumentario del Tribunal Constitucional contra la pretensión del recurso del Parlament según el cual era solo indicativa y objeto de un deseo etéreo.

Al programa social más barato de la historia (¿por qué no se hizo antes?) y a un tiempo no financiable (en situación de intervención financiera), y a la erosión de la dignidad institucional de la Generalitat (a cuyo presidente se le trata como botones político aunque con poderes), se le añade ahora una negativa (pero a futuro) de las privatizaciones tan poco rentables como jamás acabadas y la suspensión del gran proyecto lúdico-urbanístico del Barcelona World encabezado por La Caixa. Y además, la CUP se reserva el derecho a desechar la propuesta este domingo. Glorioso.

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