Noche de gala y brillantes para Kate Middleton

En ese continuo escaparate en el que vive Kate Middleton desde que se casó con el príncipe Guillermo, la de anoche fue una de las grandes citas. Con motivo de la visita oficial del presidente chino Xi Jinping al Reino Unido, la reina Isabel desplegó todos sus oropeles para una gran cena de gala organizada en el palacio de Buckingham en la que quiso que la esposa del que dicen es su nieto preferido, segundo en la línea de sucesión al trono- brillara como nunca. Kate, vestida de rojo y llena de brillantes se sentó a la derecha del mandatario para acompañarle en tan importante cita. Fue la primera gran cena de Estado de la duquesa de Cambridge y la prensa británica alaba este miércoles su puesta en escena.

Isabel II abrió el cofre real para Kate y ella escogió una diadema de brillantes que ya lució en la en llamada recepción diplomática de corbata blanca en diciembre de 2013. Se trata de Flor de Loto, una pieza hecha para la reina madre a partir de un diamante y un collar de perlas regalo de bodas de su marido, el rey Jorge VI. La diadema fue luego de la princesa Margarita y ahora es la favorita de Kate ya que destaca por su sencillez dentro de su gran valor. Como complemento, pendientes y dos pulseras también de brillantes.

El rojo del vestido de Kate no fue casual. Firmado por una de sus diseñadoras de cabecera, Jenny Packham, la duquesa lo escogió porque en la cultura china es sinónimo de buena fortuna y la alegría.

La reina Isabel estuvo acompañada por todos sus hijos en la cena en honor a Xi Jinping a excepción de su hijo el príncipe Carlos y la esposa de este. Ellos fueron los anfitriones del presidente chino por la tarde en un té que le ofrecieron en su residencia de Clarence House.

En febrero de este año, Isabel II tuvo otra deferencia con Kate. Quiso que tuviera un papel protagonista en una campaña  en apoyo con niños con problemas mentales. Por eso en un inusual gesto grabó un vídeo en el que la esposa de Guillermo trasciende del único papel de esposa y madre que la monarquía británica parece tenerle reservado, erigiéndose en portavoz de una campaña.