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LA PARADOJA Y EL ESTILO
Columna
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Un otoño precoz

A Iceta lo que es de Iceta: la cosa no es bailar bien, el truco es dejarse llevar. Emocionarse sin miedo

Boris Izaguirre
Miquel Iceta y Pedro Sánchez en un acto de campaña del PSC en Badalona.
Miquel Iceta y Pedro Sánchez en un acto de campaña del PSC en Badalona.Alberto Estévez (EFE)

Me escapé a Madrid el pasado fin de semana y me recibió El Retiro tiñéndose de cobre. Una magnífica fila de árboles con hojas marrones como el pelo de Penélope Cruz antes de marchar a Hollywood. Pensé que Madrid es la ciudad más inesperada. Irreprimible, seria y desordenada… como una melena.

Mi marido me esperaba en casa analizando el baile de Miquel Iceta en la apertura de la campaña electoral catalana. Muchos han especulado por el gusto de este político por Queen. Conozco a Iceta desde hace años, cuando era un caballero simpático y noctámbulo que disfrutaba con ser socialista y de Barcelona. Me agrada mucho que sea ahora más reconocido. Y que lo sea gracias a un baile que podría calificarse de twist mediterráneo con música de rock. No sé cómo decirlo pero es que me enternece cómo aprieta las manitas y gira el torso en un gesto torpe y genuinamente adorable. Lógicamente, sus pasos de baile van a sentar cátedra en los otros candidatos. Lo que pasa es que históricamente el hombre español, y hasta ahora el catalán también, no ha sido educado para bailar bien. Basta con fijarse en lo poco que acompaña Pedro Sánchez a Iceta en ese momento Queen. Seguro que el séquito de estilistas y consejeros de Sánchez ya lo han inscrito en las clases de Poty, el coreógrafo de Mira quién baila, para ver si lo desatascan un poco. Parece que alguien del PP se ha quejado y hasta mofado de este baile, ellos que habían conseguido que Rajoy apareciera todo el tiempo sin corbata en la entrevista con Ana Rosa. Pero a Iceta lo que es de Iceta: la cosa no es bailar bien, el truco es dejarse llevar. Emocionarse, alzar las manitas y contorsionar sin miedo a perder el tono, el tino o a hacer el ridículo. ¡Cómo le gusta Queen a esa generación de catalanes! Una de esas canciones rock heterosexuales, interpretadas por un hombre gay, acompañaban el vídeo estimulador que Guardiola ponía a sus jugadores para conquistar título tras título. ¿Qué habrá en esas canciones que les chifla tanto? Seguramente ese aire de himno, ese aroma de triunfo del inferior, el proletariado que se supera, sea la razón. ¿Se imaginan We are the champions como himno de la República Independiente?

Independencia o continuidad, ¡qué maravilloso es bailar pegados!, como decía Sergio Dalma. Ciertamente, todos deberíamos hacerlo más. Es la emoción que transmiten los Preysler-Vargas Llosa. En este nuevo capítulo de la pareja estrella, da la sensación de que el público está de su lado. Superado el asombro y la maledicencia, Preysler y Vargas Llosa son como un adelanto de la película de Batman y Superman juntos. Con sus manos entrelazadas, ese disfrute absoluto de lo que les está pasando te hace sentir mejor porque el amor los encapsula y aparta de lo nuestro. Los ves juntos y es imposible que pienses en las elecciones catalanas. O en cualquier otro conflicto. El reportaje de ¡Hola! como siempre tiene otras aristas. ¡Es increíble lo que se está pareciendo Sarah Jessica Parker a Álvaro Muñoz Escassi! En ella se ha empezado a desarrollar un sello ecuestre y su mirada es más puntiaguda. Otro detalle son los fans neoyorquinos que acudieron a ver desfilar a los famosos. Allí donde Nieves Álvarez e Irina Shayk se detienen mostrando sus sandalias europeas, atrás aparecen las deportivas desgastadas de los fans con shorts asimétricos y bolsos de imitación. El contraste indica que el Photoshop no alcanza las masas. Y que la realidad es pésima compañera del glamour. Carolina Herrera y Sarah Jessica lo tienen más calado y no salen de casa hasta que sea muy de noche y los flashes no puedan retratar a los espectadores.

De pronto en la revista Pronto publican que la reina Letizia y Pedro Sánchez, fueron compañeros de instituto. Todavía no entiendo cómo Bertín Osborne y Jesulín no hablaron de esto (y de la actualidad familiar en Ambiciones) en su cómoda y machoibérica entrevista. ¿Será que era grabada y editada? En cualquier caso, es una buena noticia que un posible presidente compartiera profesores con una reina elegida por amor y gracias a la televisión. Con estas revelaciones se afianza la idea de que nuestra monarquía es muy democrática y que es esa mezcla con la sociedad llana lo que la hace mejorar. Al contrario que las fotos del ¡Hola! Qué grande será ese momento en que el Rey pregunte a Sánchez si su esposa ya gustaba de ver películas en V.O. muchos otoños atrás.

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