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Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

Israel: fin de la indiferencia

La respuesta de Netanyahu y de la sociedad civil ante el terrorismo radical judío ha sido contundente

Manifestación en Tel Aviv contra el asesinato de un niño palestino, el pasado domingo
Manifestación en Tel Aviv contra el asesinato de un niño palestino, el pasado domingoJack Guez (AFP)

Un crimen ajeno a la condición humana, el asesinato de un palestino de año y medio que fue quemado vivo mientras dormía con su familia en Cisjordania, ha sido el aldabonazo que parece haber sacado a la sociedad y al Gobierno de Israel de la indiferencia hacia el extremismo nacionalista. La muerte de Ali Dawabsha en la aldea de Duma, que llevaba el sello del terrorismo extremista judío, enfureció el pasado 31 de julio incluso a Benjamín Netanyahu, jefe de un Gobierno de mano ancha con los colonos radicales, que aterrorizan a la población palestina y sus mezquitas e iglesias.

Editoriales anteriores

La sociedad civil israelí expresó inmediatamente su contundente rechazo al atentado con protestas multitudinarias en Tel Aviv y Jerusalén, en las que también se condenó el asesinato por parte de un ultraortodoxo de una adolescente judía cuando participaba en la marcha del orgullo gay en la Ciudad Santa.

La respuesta del Ejecutivo ante el terrorismo radical judío, que intenta dinamitar el modelo democrático de la sociedad israelí, ha sido también contundente. El Gobierno de Netanyahu, una coalición inestable donde el partido procolono Hogar Judío tiene un papel relevante, aprobó la detención administrativa (indefinida y sin control judicial), que hasta ahora se aplicaba casi únicamente a los sospechosos palestinos, para los judíos investigados por actos de terrorismo. Y ya se han producido los primeros arrestos.

Naciones Unidas contabilizó en 2015 más 110 ataques protagonizados por colonos extremistas de Cisjordania, sin que nadie fuera juzgado por esos hechos. Si quiere que sea creíble su condena por los últimos atentados, Netanyahu debe cumplir su promesa de apoyar la creación de un Estado palestino, libre de violencia externa. Esas brutalidades se producen, al fin y al cabo, porque no se toman medidas reales contra la ocupación militar israelí de unos territorios que cuentan con el respaldo de Naciones Unidas para ser el Estado palestino.

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