La exposición de Alexander McQueen, récord de visitantes en el museo V&A

La fama del diseñador británico Alexander McQueen sigue siendo noticia seis años después de su muerte; la muestra Belleza Salvaje, expuesta en el museo Victoria y Alberto de Londres, ha vendido 480.000 entradas en los cinco meses que ha estado abierta al público, un éxito sin precedentes. "Planeamos la exposición para que fuera más notoria que la de David Bowie —en la que vendieron 168.000 pases menos—. Tenemos mucha experiencia en promocionar grandes exposiciones, pero no pensábamos que esta fuera a ser tan popular", ha dicho el subdirector del museo, Tim Reeve. 

Tanto ha sido así que las dos últimas semanas tuvieron que ampliar horarios y abrir el museo hasta las cinco y media de la mañana, limpiarlo durante 90 minutos, y reabrirlo al público a las ocho de la mañana. La dirección estima que han visitado la exposición, clausurada el domingo, medio millón de personas. Ha sido la muestra más grande dedicada a la moda en toda la historia de la céntrica galería londinense. 

La extravagante muestra, en la que se homenajea la carrera de Alexander McQueen, contaba con los modelos más bizarros y macabros del diseñador. 240 piezas en materiales como plumas, conchas o lana, y su icono estrella: los zapatos armadillo. En el show, la tecnología y la iluminación jugaron un papel muy importante: un holograma en tres dimensión de la modelo Kate Moss giraba lentamente en una pirámide de cristal. 

Nacido en Londres, Alexander McQueen se suicidó en febrero de 2010 a los 40 años, a los pocos días del fallecimiento de su madre. Con él se fue un genio de la moda que supo aprovechar la provocación de los noventa y plasmarla en sus diseños. Miembro del movimiento Jóvenes Artistas Británicos, fue nombrado en 1996 director artístico de la firma Givenchy y más tarde lanzó su propia firma en colaboración con la casa italiana Gucci.