Los 'millenials' ya tienen su comedia generacional
'Dope', recién presentada en Cannes, es a 2015 lo que 'Fuera de Onda' fue a los noventa y 'Chicas malas' a los primeros dosmiles
Un buen puñado de ruidosos millennials franceses han asistido a la proyección matutina de Dope en Cannes, emocionados durante el encuentro posterior con el equipo de la película como si les acabara de tocar en un sorteo una tarifa plana 3G de por vida. La cinta de Rick Famuyiwa, en la que tres estudiantes raritos obsesionados con el hip-hop de los 90 terminan en la fiesta de cumpleaños del camello del barrio, es sin duda la comedia de la Generación Y que trasciende fronteras. Los Bitcoins, Apple y Pirate Bay colisionan con el universo rescatado de zapatillas Air Jordan, bicicletas BMX y relojes Casio en la cinta, que acaba de proyectarse en la sección Quincena de Realizadores del festival galo.
Como ocurrió con El Club de los Cinco (1985) el éxito de taquilla de Molly Ringwald que menciona uno de sus personajes, Dope llega a mitad de década para definir los fondos y formas de una época, después de que hicieran lo propio otras comedias de instituto como Fuera de Onda (1995) de Brittany Murphy y Alicia Silverstone y, probablemente, las Mean Girls (2004) de Lindsay Lohan. Aunque el trabajo de Famuyiwa se trata también de un retrato de minorías, es innegable su vocación de himno generacional. "Todo el mundo puede reflejarse en ese momento de la vida que pasan estos tres chicos, en el que tratas de encontrar tu voz y cuestionar lo que ocurre a tu alrededor. Pero es la juventud actual, testigo de un cambio, y su deseo de mejorar a la anterior, la que me ha inspirado para poner la energía adecuada a esta historia", nos contesta el estadounidense.
Para rematar el revival noventero está Zoe Kravitz, el fruto de una de las parejas más mediáticas de la época como eran Lisa Bonet y Lenny Kravitz. Ella es la chica a la que el protagonista quiere llevar al baile de graduación, si no terminan antes todos en la cárcel. Es a los jóvenes y no tan jóvenes de entre las butacas a quienes el cineasta ha explicado que la estructura de este relato, una especie de Breaking Bad adolescente, se planteó como la de un álbum de música: "Cuando teníamos la costumbre de escuchar las canciones en orden y de principio a fin, en tiempos del CD o el vinilo, el disco te llevaba por diferentes viajes y estadios. Así viven su experiencia mis protagonistas", dice. Las canciones han sido un factor determinante en la producción de Dope, "como lo eran en películas como Pulp Fiction (1994), en donde la selección de melodías inyecta una energía muy espefícica a lo que se cuenta en imágenes", apunta el director. Para muchos, Dope es ya pura droga.
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