JLo, a la conquista de Silicon Valley
“Quiero crear un imperio de mil millones más allá de lo típico de los famosos”
Son seres mitológicos, de otro tiempo, pero inundan camisetas y conversaciones. En la calle Valencia, el paseo hipster por excelencia, lo han llevado al extremo. En una tienda de decoración venden un caballo disecado con un cuerno saliendo de su frente. Superado el susto inicial, hay quien se hace fotos con el objeto más deseado, un unicornio. En Silicon Valley todo el mundo busca el suyo. Así es como llaman a los negocios de más de mil millones de dólares, "one billion" dicen con la boca llena. A esta nueva fiebre del oro no solo se suman los jóvenes recién salidos de Stanford, la cuna de los emprendedores más rompedores. El fenómeno atrae también a famosos, Jennifer Lopez ha sido la última en sumarse a la moda. Lo ha hecho pasando por la prueba de rigor, el temido elevator pitch, como se denomina a la presentación de poco menos de un minuto en la que se explica en qué consiste la idea. El nombre viene de una analogía, se simula que se va en un ascensor con el posible mecenas y el tiempo para convencerle de las bondades de la idea es limitado.
El miércoles la cantante y actriz tomó el micrófono en VentureScape, una conferencia organizada por la Asociación de Inversores de Capital riesgo, y comenzó a soñar: “Quiero hacer algo que no se ha hecho nunca antes. Crear un imperio de mil millones de dólares, que vaya más allá de lo típico con los famosos”. El problema es que no concretó en que consistía su idea. Quería un unicornio y busca aliados: “Creo que Hollywood y Silicon Valley pueden hacer grandes cosas juntos”.
A Lopez solo le falta entrar en el mundo tecnológico. Tiene su propia línea de perfume y cosméticos, también ropa. Cuenta con una productora y es directiva de NunoTV, un canal dedicado a los latinos de EEUU.
No queda claro si por imperio de un famoso se refiere a la máquina de hacer dinero que tiene Kim Kardashian con su juego para móviles y tabletas, pero es lo que los asistentes ven como más probable. Vaticinan una combinación de estilo de vida con emisión de contenido audiovisual y música bajo demanda. Algo así como exportar el universo JLO para llevar siempre consigo. A Kardashian no le fue mal, solo en 2014 ingresó unos 177 millones de euros y desbancó al popular Candy Crush de la cima de descargas de pago en la AppStore.
La fascinación de las estrellas por la floreciente industria tecnológica es creciente. Antes estuvieron Bono, el cantante de U2, conocido accionista de Apple y amigo personal de Steve Jobs, de hecho llevó las riendas del funeral del emprendedor Dave Goldberg el pasado martes. Se le considera uno de los mejores relacionados en la Bahía de San Francisco. Shakira es conocida inversora de Viddy, una especie de Instagram para vídeo, y de SocialTables, app dedicada a la organización de eventos. Ashton Kutcher es punta de lanza. En su cartera de inversión se encuentran Foursquare, Flipboard, Path, Skype y Fashism. Justin Timberlake interpretó a Sean Parker, el primer presidente de Facebook y fundador de Napster, en la película de la red social y decidió poner también su dinero en tres proyectos: Stipple, para compartir fotos, Miso Media, una plataforma educativa, así como la decadente red social MySpace.
En el caso de Lopez hay un factor que no la convierte en una paracaidista, como se llama a los advenedizos que llegan solo por moda. Su padre, David Lopez, es fundador, junto a Silvia Flores y Eddy Ávila, de Manos, una aceleradora de startups radicada en San José, en el Sur de Silicon Valley. Su misión es hacer que los latinos ganen espacio y que dejen de ser solo el 1% de los emprendedores en este sector. Hana Yong, miembro de la directiva, lo tiene claro: “No encaja con los datos demográficos. Casi la mitad de los habitantes de California son latinos”. El plan de formación de este centro dura un año, pero el apoyo en forma de contactos y asesoría se extiende hasta los tres. Colombianos, mexicanos y hondureños son los que más plazas han conseguido en esta embajada que comanda el progenitor de la artista.
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