Ruta de los faros de Bretaña (I)
De los 150 faros que hay en Francia, 82 están en Bretaña. Y no por capricho: las costas bretonas son una trampa mortal para los barcos. Por su ubicación es una ruta frecuentada desde los albores de la navegación por infinidad de buques; sin embargo el litoral está lleno de islas, islotes, acantilados, bajos, puntas rocosas y corrientes traicioneras. La mezcla perfecta para construir grandes historias en tono a naufragios y epopeyas marítimas. Si te gustan tanto como a mi los faros y te sientes atraído por los parajes solitarios donde se levantan, no te pierdas esta ruta por los faros de Bretaña. Aquí va la primera entrega:
Si hablamos de los faros del Finisterre, la primera parada tiene que ser obligatoriamente la isla de Oussant. Aunque este trozo de tierra plana en la que viven unas 500 personas de forma permanente está a solo 20 kilómetros de la costa continental bretona, es una de la islas de más difícil acceso porque está rodeada por corrientes marinas que parecen ríos y por bajos y roquedos que son una trampa mortal para las naves. Por eso en tan reducido espacio de tierra emergida hay nada menos que cinco faros, dos en la costa y tres de mar.
Ouessant ha estado habitada desde tiempos remotos y siempre fue una isla autosuficiente; ahora no produce nada más que pescado, miel y una cremas cosméticas que acaba de empezar a fabricar un emprendedor local a base de algas marinas. El resto de la economía se sustenta en el turismo, que llega a este lugar atormentado por el viento y la olas para hacer senderismo (una senda de 54 kilómetros bordea toda la costa), para descansar o -más recientemente- para hacer “turismo de tormentas”: ver como olas descomunales rompen contras sus acantilados y contra los faros de mar en uno de los grandes espectáculos de la costa bretona.
Faro de Stiff
Es el más antiguo de Francia. Fue levantado en 1699 como torre de vigilancia; la señalización marítima se hacía mediante un fuego que se encendía en la azotea. En 1720 se le añadió la linterna. Tiene 32, 40 metros de altura y lanza destellos rojos cada 20 segundos.
Faro de Crèac’h
El faro más emblemático de Ouessant es también el más potente de toda Europa y el segundo del mundo. Su luz se ve a 55 kilómetros de distancia, es decir, desde mitad del canal de La Mancha, que para eso fue construido: para señalizar la entrada al canal que separa Gran Bretaña del continente. Por la noche es todo un espectáculo ver su haz barriendo la oscura soledad de la isla de Ouessant como aspas de un molino de luz gigantesco. Se puede leer un libro cuando la luz pasa sobre tu cabeza. Levanta 71 metros desde el mar y tiene dos grupos de linternas que emiten destellos cada 10 segundos.
Foto: Falken
La Jument
Es el famoso faro de la foto de la ola y el farero de la que hablaba en el post anterior. Señaliza un lugar peligrosísimo, unos bajíos a 2 kilómetros al suroeste de Ouessant donde hubo multitud de naufragios, el más mortífero de los cuales, el del vapor británico Drummond-Castle, causó 243 muertos en 1896. El lugar era de tan difícil acceso que la tecnología de principio de siglo no daba soluciones para construir una señal allí. Al final se hizo con el dinero que donó en su testamento un rico parisino, miembro de la Sociedad Geográfica, expresamente para que se levantara en Ouessant una faro “con las últimas tecnologías”, y con la condición de que se hiciera en tan solo siete años. El faro se inauguró en 1911, tan solo seis meses después de que expirara el plazo. Tiene 47,40 metros de altura y emite 3 destellos de luz roja cada 15 segundos.
Faro de Nividic
Uno de los faros de mar más fotogénicos durante las tormentas. Señaliza otro grupo de rocas y bajos con fuertes corrientes al oeste de la isla de Ouessant. El lugar es de tan difícil acceso que se ideó un sistema de teleférico sustentado por las dos torres que aún se alzan junto al faro para poder acceder a él. Por esas torres iba también un tendido eléctrico, pues Nividic fue el primer faro de mar automático de la historia ya que llegar allí en lancha suponía jugarse la vida, incluso en días apacibles. Su construcción duró 22 años (de 1912 a 1936) y se consideró uno de los hitos de la ingeniería de la época. Durante la Segunda Guerra Mundial el teleférico quedo sin mantenimiento y nunca más se volvió a reparar ni utilizar. Levanta 35,55 metros sobre el nivel del mar y emite nueve destellos seguidos (ahora está considerado baliza, no faro)
Foto: Jean Guichard
Faro de Kéréon
Inaugurado en 1916 al sureste de Ouessant, es otro faro de mar que señaliza la entrada al peligroso canal de Fromveaur. Tiene 47,25 metros de altura y emite dos destellos blanco seguido de uno rojo que se pueden ver a 35 kilómetros de distancia.
Datos prácticos
Cómo llegar: Volé con Air Nostrumhasta Nantes y desde allí en coche de alquiler hasta el puerto de La Conquet, a 24 km. al oeste de Brest, desde donde salen los barcos para la isla de Ouessant; varias frecuencias diarias durante todo el año. Cuesta 27, 50 euros ida y vuelta y tarda hora y 20 minutos.
Para dormir en Ouessant: Le Ti Jan Ar C`Hafe, una encantadora casa rural a las afueras de Lampaul, la capital, con una terraza y un comedor acristalado que enamoran.
Para comer: Ty Korn, en la plaza princpial de Lampaul; el mejor pescado fresco de la isla en un salón con mucho encanto.
Más información:www.vacaciones-bretana.com
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