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Cristina Fernández, otra vez abuela

La niña es fruto de la relación de Florencia Kirchner y el hijo de un líder de la guerrilla peronista

Alejandro Rebossio
Cristina Fernández de Kirchner y su hija Florencia.
Cristina Fernández de Kirchner y su hija Florencia.DANIEL GARCIA (AFP/Getty Images)

La presidenta de Argentina, la peronista Cristina Fernández de Kirchner, de 62 años, tendrá un segundo nieto. Su hija menor, Florencia Kirchner, de 24, está embarazada desde hace cuatro meses de una niña que nacerá en agosto próximo. La niña será no solo la nieta de Fernández y de su fallecido esposo y antecesor en el cargo, Néstor Kirchner (2003-2007), sino también la de de Fernando Vaca Narvaja, uno de los fundadores de la guerrilla peronista Montoneros, que surgió en 1970 en plena dictadura militar de la autodenominada Revolución Argentina (1966-1973) y fue disuelta por el último régimen castrense que sufrió el país (1976-1983).

Fernández fue abuela por primera vez en 2013, cuando su hijo mayor y consejero político en las sombras, Máximo Kirchner, de 38 años, fue padre de Néstor Iván. Ahora le dará un segundo nieto Florencia, que estudió un año cine en la New York Film Academy y ha participado en la producción de algunas películas. Colaboró con el documental que sobre su padre filmó el cineasta uruguayo Adrián Caetano, Néstor Kirchner, la película, rodó su filme nunca estrenado Entre escenas y coordinó La propia mirada, una serie de seis cortos en barrios de chabolas de Buenos Aires y San Juan (1.110 kilómetros al oeste de la capital argentina) que fueron ideados y dirigidos por habitantes de esas "villas de emergencia" y otros poblados pobres. Además milita con bajo perfil en la poderosa organización juvenil que fundó su hermano, La Cámpora.

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La revista Noticias publicó que en 2013 Florencia fue a una fiesta de militantes de La Cámpora y ahí conoció al hijo de Fernando Vaca Narvaja, Camilo, que no pertenece a ese colectivo pero trabaja como asesor del presidente de la Cámara de Diputados de Argentina, Julián Domínguez, uno de los siete candidatos presidenciales kirchneristas para las primarias de agosto próximo. Camilo tiene 29 años y nació en México, a donde sus padres, ambos montoneros, se exiliaron durante la última dictadura de su país.

Fernando Vaca Narvaja había sido arrestado por la Revolución Argentina y logró huir de la llamada masacre de Trelew (1972), en la Patagonia, en la que militares fusilaron a prisioneros políticos. Tras el regreso de la democracia a Argentina en 1983, fue condenado a prisión por crímenes de Montoneros, pero en 1989 fue indultado por el entonces presidente, el peronista neoliberal Carlos Menem (1989-1999), junto a otros exlíderes guerrilleros y los jerarcas de la última dictadura. Trabajó entonces reparando neumáticos en Buenos Aires y en 2007 se mudó a la patagónica Bariloche, en la provincia de Río Negro. Allí llegó a ser ministro de Obras Públicas rionegrino entre 2012 y 2014 y nombró como asesor a su hijo Camilo, que estudió sociología en la Universidad de Buenos Aires.

Cristina Fernandez de Kirchner con su hijo Maximo y su hija Florencia.
Cristina Fernandez de Kirchner con su hijo Maximo y su hija Florencia.

Camilo Vaca Narvaja después pasó a trabajar con el presidente de la Cámara de Diputados argentina. Hace pocos días publicó por la red social Twitter una foto con su jefe y con el secretario de Política de Podemos, Íñigo Errejón, que visitó Buenos Aires por invitación del Gobierno de Fernández a un foro internacional de pensamiento alternativo al neoliberalismo. También difundió una foto con el papa Francisco, de estrecha relación con el diputado Dominguez.

El exjefe montonero confirmó este martes a la Agencia de Noticias Bariloche que su hijo tendrá una niña con Florencia Kirchner. “Es la primera nieta después de tres varones. Es un regalo de la vida", dijo Fernando Vaca Narvaja, que ahora milita por la candidatura presidencial de Domínguez, pese a que figura último entre los aspirantes kirchneristas en las encuestas de opinión. La presidenta de Argentina aún no ha confirmado el embarazo, pero la semana pasada lo dejó transcender en un discurso político: “Estoy dispuesta a seguir recibiendo insultos si con ellos contribuyo a dejarle a mis hijos y a mis nietos un país mejor”.

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