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Coordinado por Lola Huete Machado

Paso atrás para niños y niñas soldado en Sudán del Sur

Menores soldados en el momento de ser desmovilizados en una ceremonia organizada por UNICEF en Pibor, Sudán del Sur, el pasado mes de enero. AFP/File

La alerta saltaba el pasado 21 de febrero cuando UNICEF anunciaba que un grupo armado había secuestrado alrededor de 89 chicos, de entre 13 y 18 años, en la aldea de Wau Shilkul, en el Estado de Upper Nile, de Sudán del Sur. La noticia nos ponía en alerta ya que se trataba de un paso atrás para la situación de los niños y niñas soldados en el país, después de que desde estas páginas habíamos estado informando de las buenas noticias que estos menores estaban recibiendo en los últimos meses.

Según fuentes presenciales, los soldados del grupo armado, que no fue identificado en su momento rodearon la aldea y fueron casa por casa llevándose a todos los niños mayores de 12 años.

El presidente del país, Salva Kiir, acusó al grupo terrorista Boko Haram de estar detrás del secuestro. Pocos compraron esta historia ya que supondría que el grupo de origen nigeriano habría empezado a actuar muy lejos de su campo de acción. La confirmación de que la coartada del presidente no era verdad llegó a principios de marzo, cuando la oficina de la ONU en el país desmentía al político y acusa a una milicia liderada por el señor de la guerra Johnson Olony y aliada del ejército sursudanés, el SPLA, de estar detrás del secuestro. Por su parte, UNICEF elevaba la cifra de niños de 89 a varios cientos.

Según las informaciones recopiladas por la agencia internacional, los menores están repartidos entre distintas localizaciones. Algunos testigos aseguran haber visto a los niños en un campo de entrenamiento cerca a la zona donde tuvo lugar el secuestro, mientras que otros habrían sido llevados a Melut, cerca de la frontera con Sudán, y vestirían uniformes militares.

El representante de UNICEF en Sudán del Sur, Jonathen Veitch, dice que cuando se juntan todos los informes elaborados con las declaraciones de los testigos entrevistados en la zona se obtiene la convicción de que la mayoría de estos niños pueden haber sido enviados a luchar a Kaka, a unos cuarenta y cinco minutos al norte de Melut en barco.

El SLPA niega cualquier relación con el secuestro de los menores y afirma que la milicia de Olony está fuera de control.

Lo que sí es cierto es que el SLPA está reclutando menores según ha denunciado Human Rights Watch (HRW). Según la organización, el ejército sursudanés ha añadido a sus filas, normalmente a través de la fuerza aunque no niega que también se ha registrado algún alistamiento voluntario de menores, a niños tan jóvenes como de 13 años en el Estado de Upper Nile.

Varios testigos han confirmado los hechos y declarado que el ejército se llevó por la fuerza a numerosos menores en la ciudad de Malakal, algunos justo junto a la base de las fuerzas de Naciones Unidas, donde se refugian unas 20.000 personas.

Esto es un paso atrás en la política del SPLA. Tras la independencia de Sudán del Sur en 2011, el SPLA, que había luchado por esta causa contra el gobierno de Jartum, se convirtió en el ejército del nuevo país y en agosto de 2013 decidió poner fin a una de las prácticas que le había caracterizado desde sus inicios, el reclutamiento de menores de 18 años para luchar en sus filas.

Cuando el actual conflicto surgió en diciembre de 2013, el SPLA reanudó esta práctica. Desde entonces tanto ejército como los rebeldes seguidores del ex vice primer ministro Riek Machar, han reclutado y desplegado en el campo de batalla a menores de 18 años. UNICEF confirma que desde el inicio de la contienda miles de menores han luchado o lo están haciendo en los dos bandos.

Evidentemente, el ejército sursudanés niega estas afirmaciones. El Ministro de Defensa, Kuol Manyang Juuk, aseguraba a HRW que se han emitido órdenes contra el reclutamiento de menores por parte del ejército. Sin embargo, las evidencias y los testimonios de los testigos contradicen estas declaraciones.

Los rebeldes fieles a Riek Machar habían prometido a UNICEF que pararían el reclutamiento de menores. En mayo de 2014, el propio Machar firmó un documento con el Representante especial del Secretario General de las Naciones Unidas para la cuestión de los niños y los conflictos armados, Leila Zerrougui, por el que se comprometía a que en sus tropas no hubiera menores. Pero hasta el momento no ha cumplido su promesa. De nuevo, HRW ha recogido evidencias y testimonios de padres de menores que fueron forzados a unirse a los rebeldes, también en el estado de Upper Nile.

Por su parte, el pasado 28 de octubre de 2014 el gobierno de Sudán del Sur se unió a la campaña Children, no soldiers de UNICEF y firmó con la agencia de Naciones Unidas un plan de acción destinado a evitar el reclutamiento de menores por parte del ejército nacional. Que como vemos, por estas últimas informaciones que nos llegan, tampoco está cumpliendo.

La firma de los acuerdos con UNICEF y la señora Zerrougui por parte de los dos bandos y la liberación a finales del pasado mes de enero de varios miles de menores soldados habían hecho pensar que poco a poco estos iban a desaparecer de los campos de batalla en Sudán del Sur. Sin embargo, estas últimas noticias de reclutamientos de menores por todas las partes del conflicto y el incumplimiento de las promesas hechas tanto por el gobierno de Juba como por los seguidores de Machar nos devuelven a la realidad: es duro renunciar al reclutamiento de menores de 18 años para ser utilizados como soldados.

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