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Haciendo negocios en África

Los países subsaharianos reforman sus legislaciones para facilitar la actividad comercial Hacer negocios es cada vez más fácil según se desprende del informe 'Doing Business 2015: más allá de la eficiencia' presentado en Madrid por Casa África

Vista de Antananarivo (Madagascar).
Vista de Antananarivo (Madagascar).Lola Huete Machado

Hacer negocios en África subsahariana es cada vez más fácil. Hace solo diez años resultaba muy complicado abrir una empresa en cualquiera de los países de la región por la cantidad de trámites burocráticos y lo caro del proceso, además de emplear una media de 63 días en realizar todos los procedimientos, tres veces más tiempo que en el resto del mundo. A todo esto, había que añadir una elevadísima presión fiscal, también la más alta del planeta.

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Ahora las cosas han cambiado mucho gracias a las reformas que la mayoría de los países africanos han ido aplicando durante este periodo de tiempo. Así, por ejemplo, Costa de Marfil ha introducido una ventanilla única para la creación de empresas lo que ha reducido el número de trámites a realizar de 11 a cuatro y el coste del proceso de un 135 % de la renta per cápita al 20 %. En Burundi se ha facilitado el registro de la propiedad reduciendo el tiempo de espera de 64 a 26 días y abaratando al mismo tiempo el coste. También en Ruanda ha bajado el número de días que se necesitan para abrir un negocio de 277, en 2005, a 27, en la actualidad.

De esta forma, los países del África subsahariana están reformando sus legislaciones para facilitar la apertura de negocios. Así lo afirma Augusto López-Claros (La Paz, Bolivia, 1955) director de Indicadores globales y análisis del Grupo del Banco Mundial, durante la presentación de los datos del informe Doing Business 2015: más allá de la eficiencia, referentes a África subsahariana.

El acto, organizado por Casa África, tuvo lugar en el salón de actos de Casa Árabe de Madrid, el martes 24 de febrero y contó con la presencia de varios representantes diplomáticos africanos y del director general para el Magreb, África, Mediterráneo y Oriente Próximo del Ministerio de Asuntos Exteriores y Cooperación, Manuel Gómez-Acebo.

Doing Business es una de las publicaciones insignias del Grupo del Banco Mundial que se presenta cada año desde hace doce. En ella se recoge una serie de informes que miden las regularizaciones que favorecen la actividad empresarial y aquellas que la restringen. Al mismo tiempo, presenta indicadores cuantitativos sobre las regulaciones empresariales y la protección de los derechos de propiedad que pueden compararse entre 189 países y a través del tiempo. Por todo ello, este documento se ha convertido en un referente a la hora de tomar el pulso a la macroeconomía mundial.

El informe analiza las regulaciones que afectan al ciclo de vida de una empresa y la facilidad de hacer negocios: apertura de una empresa, obtención de permisos de construcción, acceso a la electricidad, registro de propiedades, obtención de créditos, protección de inversores minoritarios, pago de impuestos, comercio transfronterizo, cumplimiento de contratos y resolución de quiebras e insolvencias. Hasta el año pasado también se analizaba la regulación del mercado laboral, pero este año se han optado por sacar este elemento del análisis.

Los datos de Doing Business 2015 están actualizados al 1 de junio de 2014 y sus indicadores se utilizan para analizar los resultados económicos e identificar qué reformas de la regularización empresarial han funcionado, dónde y por qué.

Respecto a África subsahariana, la publicación encuentra elementos bastante positivos relativos al periodo que va desde el 1 de junio de 2013 al 1 de junio de 2014:

A pesar de todas estas buenas noticias, López-Claros resalta que la economía africana es todavía muy pequeña en el contexto de la global. Comenta que, por ejemplo, la suma del Producto Interior Bruto (PIB) de Suiza y Holanda, dos países pequeños, es más grande que la suma del PIB de todos los países de África subsahariana. Sin embargo, señala el experto, no debemos cometer el error de por esta razón olvidarnos de África y centrarnos en otras economías más atractivas como pueden ser Japón, China, Brasil, Rusia o Sudáfrica. Él piensa que lo que uno tiene que hacer es ver qué es lo que está ocurriendo en los últimos años y cuáles son las tendencias "porque las tendencias son las que nos van a ubicar de aquí a 10 años en una nueva realidad. Y las tendencias que uno ve en África son todas buenas, son todas positivas, sin que eso quiera decir que tengamos que olvidar los problemas en África”.

De las 230 reformas que se implementaron 2013, 75 tuvieron lugar en África subsahariana

Otro punto a tener en cuenta es que, a pesar de los muchos progresos experimentados en el continente, África subsahariana sigue siendo la región del mundo donde todavía es más difícil hacer negocios, la que tiene las regulaciones de negocios más engorrosas: toma más tiempo que en cualquier otra parte del mundo abrir una empresa, cumplir con las obligaciones tributarias, registrar un negocio o hacer cumplir un contrato. Pero lo que se ha visto en los últimos 10 años “es una caída en la brecha que existe en relación con el resto del mundo”, afirma López-Claros.

Según el economista, todas las tendencias indican que en un plazo de 10 o 15 años, en África van a primar nuevas realidades y él cree que estas van a ser: una reducción adicional en la reducción del ingreso per cápita de África con relación al resto del mundo, mayores niveles de comercio internacional de África con el resto de la economía global, mayor presencia de las empresas trasnacionales en África de la que existe hoy día y mayor incorporación de la mujer a la fuerza de trabajo de la que uno ve hoy día porque las tasas de natalidad están cayendo rápidamente en África y porque más y más mujeres han reconocido que una forma de empoderarse es educarse y un beneficio de la educación es poder acceder al mercado de trabajo y contribuir a los ingresos de la familia y tener un cierto grado de autonomía e independencia económica.

Todos estos datos hacen que el Banco Mundial sea muy optimista con respecto a África.

Los periodistas le hacen notar al experto del Banco Mundial que, normalmente, las reformas y políticas que esta institución, junto con el Fondo Monetario Internacional, sugiere, o a veces impone a países más débiles, como es el caso de los africanos, están destinadas a favorecer la entrada de empresas y capital extranjero y no tanto a favorecer el tejido empresarial y económico local. López-Claros contesta: “Doing Business tiene un enfoque muy doméstico, es decir cuando miramos al esquema regulatorio lo estamos haciendo desde la perspectiva de la pequeña y mediana empresa local de Ghana, de Tanzania o de cualquier otro país. Por lo tanto, cuando hablamos sobre mejoras nos estamos refiriendo a las mejoras que existen para el empresario local, para el que quiera hacer negocios en su país utilizando capital propio, dando fuentes de trabajo a ciudadanos del país. Ahora, lo que ocurre en la práctica es que aquellos países que tiene buenas reglas para los empresarios locales, normalmente están tratando de establecer buenas reglas para todos, incluyendo para los inversionistas extranjeros; o sea, que lo uno no contradice lo otro. ”

Para el economista es importante el intercambio de conocimientos y destrezas que se produce con la llegada de empresas extranjeras a un país o entre exportadores e importadores, lo que ayuda a la transformación sobre el terreno. Para él, esto es mucho más importante, incluso que la inversión de capital. Además, la introducción de las nuevas tecnologías como la telefonía móvil o Internet por parte de las administraciones africanas es otro elemento que está facilitando grandemente el establecimiento de negocios en el continente.

Mauricio es el primer país africano por la facilidad de hacer negocios en él, en el puesto 28

Se insiste en el aspecto negativo que está teniendo la irrupción de grandes compañías, las mineras, por ejemplo, en el continente; o el acaparamiento de tierras que fuerza a miles de campesinos y ganaderos africanos a abandonar sus tierras y buscar trabajo, que no hay, en las grandes ciudades. También en que, a pesar del aire de bonanza que transmite el informe, en muchos países africanos la mayoría de la población vive gracias a la economía informal y no al empleo que crean estas nuevas empresas. López-Claros mantiene en todo momento un discurso institucional, dice no ser experto en el tema y recalca que la inversión domestica es la que realmente crea riqueza en África: “Los indicadores de Doing Business están muy enfocados en crear un mejor ambiente para la empresa local y eso es lo que están logrando. Es decir, yo creo que la mejora que uno ha visto en la creación de fuentes de trabajo o en la tasa de crecimiento económico, en parte obedece a que ha habido una mejora en la inversión doméstica. Es decir, tenemos que recordar que cuando comparamos la importancia de la inversión doméstica con la inversión extranjera, en la gran mayoría de los países la doméstica es mucho más grande, hace una contribución al crecimiento económico mucho más grande que el capital extranjero; aun en economías muy abiertas, porque simplemente el volumen de actividad de la empresa doméstica es mucho más grande que el volumen de actividad y la creación de trabajo que traen las inversiones extranjeras. Por eso el enfoque de Doing Buisness está dirigido a potenciar el ambiente para la empresa local”.

Posteriormente, reconoce que pueden existir desviaciones que deben ser corregidas. En resumen, el mensaje del Banco Mundial es que a pesar de todos los problemas y dificultades y de todos los pasos que aún quedan por dar (muchos), cada día resulta más fácil abrir un negocio en África subsahariana gracias a las reformas que los países están introduciendo en sus legislaciones.

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