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EL UNIVERSAL

El arma de los débiles

Las tragedias de Tlatlaya e Iguala mostraron lo importante de los derechos humanos

(...) Hoy todos saben —luego de varios escándalos y duras lecciones de inocentes confundidos con criminales— que defender derechos humanos no es un privilegio de países de primer mundo. No son argucias propias de abogados mañosos en busca de liberar pillos. Son la garantía que todos debemos tener para no ser aplastados por quien posee la fuerza para hacerlo.

Las tragedias de Tlatlaya e Iguala mostraron lo importante de los derechos humanos. Sin ellos, ni siquiera habría delitos que perseguir cuando soldados o policías deciden usar arbitrariamente la fuerza que la ley les confiere.

Por eso importa mucho que los Gobiernos creen y actualicen los instrumentos de protección a los derechos humanos.

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En el marco de esa exigencia social, (...) el presidente Enrique Peña Nieto anunció cinco acciones para proteger los derechos humanos. Entre ellas: actualizar el marco jurídico en los rubros de tortura y desaparición forzada; el cambio en los protocolos y procedimientos con que actúan las fuerzas de seguridad federales; la adopción de prácticas de estándar internacional para garantizar investigaciones oportunas, exhaustivas e imparciales; la reparación integral del daño a las víctimas y mecanismos para evaluar los resultados de estas medidas (...).

No será sencillo porque las policías, procuradurías y juzgados mexicanos han actuado (...) sin importarles los derechos de las personas. (...)

La tarea de la población en este proceso será vigilar el cumplimiento de las acciones. Sólo exigiéndolas todos los días será posible demoler el viejo Estado autoritario.

México DF, 13 de noviembre

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