Charlene de Mónaco da a luz un niño y una niña
El varón se convierte en el nuevo heredero del Principado. Los bebés llegan tres años y medio después la boda de Alberto con la exnadadora sudafricana
Mónaco ya tiene, por fin, un heredero y el príncipe Alberto y su esposa Charlene, dos hijos: un niño y una niña, que han recibido los nombres de Jacques Honoré Rainier y Gabriella Thérèse Mari. Los mellizos han nacido, mediante una cesárea programada, con dos minutos de diferencia: primero la niña (17.04) y luego el niño (17.06). Minutos después de que la noticia fuera difundida por medios locales, ha llegado la confirmación de palacio. El varón se convierte en el nuevo heredero del Principado y ostentará el título de marqués de Baux, y la pequeña, segunda en la línea de sucesión recibirá el título de condesa de Carladès, según ha especificado el comunicado oficial.
La nueva madre ingresó a primera hora de la mañana en el Hospital Princesa de Gracia de Montecarlo, dos semanas antes de la fecha inicialmente programada. Cuando Alberto vino al mundo hace 56 años sonaron 21 cañonazos. Pero al llegar al mundo los dos niños se han disparado 42 desde el castillo de Fort Antoine y han repicado todas las campanas del Principado a la vez que se han oído las sirenas de los barcos atracados en el puerto. Los príncipes no quieren regalos para sus niños y han indicado las ONG a las que se pueden hacer donaciones. Los niños serán presentados oficialmente dentro de unos días en el palacio de los Grimaldi. El día 10, fecha de su nacimiento, fue declarado fiesta y se invitó a todos los habitantes del Principado a engalanar sus balcones.
El que no haya antecedentes de gemelos en las familias de los príncipes hace pensar que Charlene se ha sometido a un tratamiento de fertilidad, ya que llevaba tres años casada y no se había quedado embarazada, algo que la pareja deseaba para así consolidar la línea de sucesión.
Un mes antes del nacimiento, Alberto explicó cómo se establecería quién es el primogénito de los dos y por tanto el heredero. “En caso de gemelas o de gemelos, será la primera o el primero que nazca. En el caso de un niño y una niña, será el niño. En el caso de gemelas, y si luego un chico viniera a ampliar nuestra familia, recaerá en él el título de príncipe heredero”, informó Alberto de Mónaco en una entrevista reciente en el diario Monaco- Matin. Unas declaraciones en las que aseguraba que él prefería no conocer antes el sexo de los bebés para que sea una “sorpresa agradable”, a pesar de que la madre, de 36 años, ya lo sabía. “Guarda el secreto como le he pedido”, añadía.
Para el Principado este nacimiento afianza su consistencia. “La continuidad dinástica es obviamente muy importante para el Principado y para los monegascos”, admitió el príncipe días antes del parto. "Esta continuidad es un componente esencial para la estabilidad del régimen institucional. Pero esta estabilidad y nuestra especificidad política son un activo real en un mundo cambiante, frecuentemente sacudido por los conflictos y las crisis económicas”.
La llegada del heredero se produce 10 años después de que Alberto tomara las riendas del Principado tras la muerte de Raniero, su padre. Por eso desde entonces los monegascos venían reclamando al príncipe que se casara y tuviera un descendiente para asegurar así el destino de este pequeño Estado de solo dos kilómetros cuadrados en el que viven 30.500 privilegiados habitantes que se benefician de las ventajas fiscales de ser residentes en él.
La llegada de los niños se ha producido tres años y medio después de que Alberto y Charlene contrajeran matrimonio y tras incesantes noticias de la inconsistencia de su relación. Desde el mismo día en que se anunció el compromiso de la pareja hasta horas antes de la boda se habló que de que la unión tenía más que ver con la obligaciones de Alberto de tener un heredero que con otra cosa. Los recién nacidos no son los primeros hijos del príncipe que ya es padre por partida doble, Jazmine Grace y Alexander, nacidos de otras relaciones previas a su matrimonio. Este hecho les aparta de la línea de sucesión.
No es la princesa de Mónaco una mujer proclive a las declaraciones, quizá porque su papel institucional sea de mero consorte en un Principado en el que las apariencias son muy importantes. Pero cuando su matrimonio se hallaba más cuestionado concedió una entrevista para acallar los rumores y asegurar que su matrimonio iba bien y anunciar que, pasado un periodo que calificó de adaptación a su nuevo papel, estaba lista para ser madre. Nueve meses después llegaba el anuncio oficial del embarazo. Hasta ese momento, Charlene ha vivido acechada por las fechas y por la obligación de dar un heredero al Principado.
También las noticias sobre las amantes de Alberto, los hijos nacidos de estas relaciones e incluso su bisexualidad siempre han sobrevolado el Principado. Tanto, que el hijo de Raniero y Grace decidió demandar al periódico británico The Sunday Times, que escribió que el matrimonio del príncipe fue arreglado. El artículo fue publicado en julio de 2011, días después de la boda, y se titulaba: La maldición de los Grimaldi. En él, no solo se aportaban detalles de la supuesta estampida de Charlene antes del enlace, además se añadía que había aceptado casarse a cambio de una importante cantidad de dinero reflejada en un contrato. Una de las cláusulas señalaba que ella debía de permanecer casada al menos cinco años y tener un hijo. Si existe el contrato, ya lo ha cumplido.
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