Ciudadanos
Estoy harta de la charlatanería sobre la corrupción por parte de todos los políticos, no quiero oír ni una palabra más, quiero actuaciones radicales contra los mangantes
Estoy harta de la charlatanería sobre la corrupción por parte de todos los políticos, no quiero oír ni una palabra más, quiero actuaciones radicales contra los mangantes. La mala noticia es que escribo esto y al mismo tiempo me siento desalentada e inerme, porque no sé cómo luchar contra el grado de indecencia que hemos alcanzado. Pero la buena noticia es que no todas las personas son tan inútiles como yo lo soy. Hay un abogado y estupendo novelista, Antonio Penadés, que ejerce la acusación popular en un caso especialmente repugnante: recordarán que Blasco, consejero de Cooperación y Solidaridad de la Generalitat Valenciana (ay, Camps, Camps), se quedó con seis millones de euros de nuestros impuestos destinados al Tercer Mundo (un dinero para necesidades críticas y reales, un dinero que sin duda ha costado muertes), más 177.000 euros de las donaciones de los valencianos tras el terremoto de Haití. Con eso, Blasco y su panda se compraron pisos de lujo, un yate, un Cadillac... Horteras de bolera, corazones de plomo. Pues bien, gracias a los fiscales, a Penadés y a la abogada de la Generalitat, esos miserables fueron condenados y a Blasco le cayeron ocho años de cárcel.
Ahora Penadés y otros (Muñoz Molina es socio de honor) han montado Acción Cívica, una asociación independiente y apolítica contra la corrupción. Se personarán como acusación popular y brindarán su apoyo a otros abogados. Me emociona y consuela comprobar una y otra vez que existe gente así. Mujeres que tras regresar molidas del trabajo le preparan la cena al anciano vecino; bomberos que recogen alimentos para familias necesitadas; ciudadanos de a pie que, como Penadés, sabe defendernos. La vida sería invivible sin ellos. Yo ya me he hecho socia (accion-civica.org).
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