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Redes contra mosquitos

Sin una vacuna, prevenir la malaria significa protegerse de la picadura del anopheles. Así lo hacen en una zona rural de Burkina Faso

Mosquitera impregnada en insecticida para luchar contra la malaria.
Mosquitera impregnada en insecticida para luchar contra la malaria.REVS+

Ouattara Mamadou Houana nos recibe en su despacho de la sede de la ONG REVS+ (Responsabilité, Espoir, Vie, Solidarité+) en Houndé, en el suroeste de Burkina Faso, uno de los países más pobres del mundo (puesto 181, de 187, en el Índice de Desarrollo Humano de las Naciones Unidas de 2014). Este joven es el responsable del programa de prevención de malaria que desarrolla su organización en la zona. Sabido es que a falta de vacunas, en la actualidad, prevenir la malaria significa evitar la picadura del mosquito anofeles. Y es esta una lucha cuerpo a cuerpo, se diría.

Para ello, nos recuerda Houana, uno de los métodos que se ha demostrado más eficaz es el de dormir bajo una mosquitera impregnada de insecticida. Esta crea una especie de barrera que impide que los insectos se acerquen a tí, que entren en contacto con el ser humano. Su uso puede reducir la transmisión de la malaria en cerca de un 90%, siendo, además, un método relativamente económico: cada mosquitera cuesta alrededor de unos tres dólares (2,40 euros), dura unos tres o cuatro años y, de media, puede cubrir a dos personas.

En muchas partes del mundo han surgido iniciativas para usarlas y sensibilizar en la lucha contra la malaria. Una de las pioneras fue Nothing But Nets; una campaña de la Fundación de las Naciones Unidas que trabaja en África subsahariana y que hasta la fecha ha distribuido más de siete millones de ellas a otras tantas familias en el continente.

La malaria no es sólo una cifra

Los datos son conocidos: cada 60 segundos muere un niño de malaria en el mundo y al año unas 660.000 personas. Por lo que esta enfermedad es, actualmente, una de las más mortíferas del planeta y una de las peores amenazas a la salud pública mundial. La malaria es causada por la picadura de un mosquito anofeles hembra infectado de uno de los cinco protozoos parasitarios del género plasmodium que afectan a los seres humanos. Los niños menores de cinco años y las mujeres embarazadas constituyen los segmentos de población de mayor riesgo ya que sus sistemas inmunitarios son menos capaces de luchar contra la infección. En los siglos XIX y XX, gracias a políticas de saneamiento y desecación, la malaria fue erradicada de Estados Unidos y Europa. En 1964, se registró el último caso de malaria autóctona en España. En otras partes del mundo se intenta ahora conseguir el mismo objetivo.

En Burkina Faso un país sin salida al mar que depende fundamentalmente de la agricultura, el 80% de la población (16,2 millones de habitantes) reside en las áreas rurales. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), cuenta con una de las tasas de malaria más altas del mundo. Es por esto que la enfermedad es uno de los principales problemas sanitarios del país: constituye la causa directa de casi la mitad de las muertes que se producen en Burkina Faso, cebándose, principalmente, en los niños menores de cinco años.

Muchas de las campañas están centradas en las grandes ciudades. Sin embargo, la organización Medicus Mundi Castilla-La Mancha, que se asocia en la zona con REVS+ ha optado por trabajar en una zona eminentemente rural, como es la provincia de Tuy, cuyo centro es la población de Houndé. La ONG lleva presente en esa zona desde 1993 y ha implementado docenas de iniciativas que tienen que ver con la educación, la formación, la agricultura y la salud.

Fue en 2011 cuando pusieron en marcha un proyecto para reforzar las actividades de lucha contra la malaria que varias organizaciones locales y el Ministerio de Salud estaban llevando a cabo en la zona. El objetivo era y es apoyar tales iniciativas a través de la información, la sensibilización y la distribución masiva de mosquiteras impregnadas de insecticidas de larga duración, con el fin de contribuir a la reducción de la mortalidad y la morbilidad en la zona y, de forma prioritaria, en los colectivos más vulnerables: menores de cinco años, mujeres embarazadas y personas mayores. En este objetivo común se creó la ONG local REVS+ para unificar esfuerzos, abaratar costes y llegar a más personas.

Desde 2000, muchos países en los que la malaria resulta una fuerte amenaza para la población han ampliado considerablemente sus programas de lucha contra esta enfermedad, la comunidad internacional ha invertido grandes sumas de dinero, especialmente en África subsahariana, pasando de alrededor de 100 millones de dólares en 2000 a 2.000 millones en 2013. En consecuencia, en las últimas décadas, según el último informe de la OMS, la tasa de fallecidos se ha reducido en un 47% en el mundo y en un 54% en África.

A pesar de esos logros (y de la investigación de las vacunas en marcha), los expertos recomiendan no bajar la guardia y seguir trabajando para la eliminación total. Esta lucha cobra una especial relevancia desde que, en los últimos años, algunas voces de alarma advierten de que, debido al cambio climático, la malaria está llegando a zonas antes libres de ella, sobre todo en las alturas. También la resistencia de los mosquitos a los insecticidas y a los fármacos pone en peligro los avances conseguidos.

África subsahariana, a pesar de ser la mayor destinataria de la ayuda y de que en el continente las muertes por causa de esta enfermedad hayan caído, en la última década, casi un tercio, sigue registrando el 80% de todos los casos que se producen en el mundo y el 90% de las muertes.

Las mujeres que trabajan en la impregnación con insecticida de las mosquiteras son contratadas por la ONG local REVS+.
Las mujeres que trabajan en la impregnación con insecticida de las mosquiteras son contratadas por la ONG local REVS+.REVS+

Tras la charla mantenida en el despacho de Ouattara, él mismo nos acompaña a visitar el recinto de la organización. En la parte posterior del mismo encontramos a un grupo de mujeres junto a los almacenes donde se guardan las mosquiteras que reparte la organización. Protegidas por batas azules, guantes de goma rojos y mascarillas abren los fardos donde vienen estas redes para introducirlas, una a una, en unos barreños de plástico donde previamente han vertido el insecticida de larga duración con el que van a impregnarlas. Después las depositan sobre unos plásticos para que se sequen.

Nuestro anfitrión nos comenta que se trata de mujeres en situación de exclusión social, muchas de ellas VIH positivas, que son contratadas por Medicus Mundi CLM y REVS+ para este trabajo, ayudándolas, así, a ganar un salario que les permite vivir dignamente.

Hasta el momento, el proyecto ha adquirido 7.340 mosquiteras que están siendo impregnadas de insecticida por estas trabajadoras. De ellas, se han donado 2.661 unidades al hospital de Houndé y el resto se están distribuyendo entre la población que asiste a las actividades de sensibilización.

Sensibilización

Encontramos a Fati y Aboulaye a punto de salir hacia uno de los barrios de Houndé donde han quedado con algunas habitantes de la zona para hablarles de la importancia de usar las mosquiteras. Ellas son dos de los voluntarios que trabajan con REVS+, formados por la misma ONG antes de ser enviados por las comunidades y aldeas de la zona para informar y sensibilizar a la población sobre su buen uso. Cargan en sus motos los fardos y algunos carteles y salen del recinto. Nosotros les seguimos un poco más tarde.

Enfermos e implicados

REVS+ fue creada en 1993 por Martine Somda después de que su marido muriese de sida y ella se enterase de que también estaba infectada. Ese hecho le cambió la vida. Porque entonces inició un camino de búsqueda personal con el objetivo de estar mejor preparada para enfrentarse a la enfermedad y a los prejuicios que la acompañan. Se unió a otras mujeres con el mismo problema que ella y fundó la organización, la cual, desde la ciudad de Bobo-Dioulasso, la segunda más grande de Burkina Faso, se ha extendido por gran parte del país.

REVS+, además de los programas de sensibilización y acompañamiento a personas con VIH/SIDA, apoya otras campañas y sensibiliza sobre distintos temas relacionados con la salud como es la prevención y tratamiento de la malaria o de la tuberculosis, gracias a la extensa red comunal que ha establecido a lo largo de los años.

Las personas afectadas por el VIH son tremendamente sensibles a otras enfermedades, y muy especialmente a la malaria o la tuberculosis, por lo cual deben protegerse mucho más que cualquier otra no infectada. En este sentido, los miembros de REVS+, la gran mayoría enfermos de HIV, se han implicado en la prevención de este tipo de enfermedades

Cuando llegamos al lugar de la reunión encontramos que los vecinos han sacado una mesa y algunas hamacas. En ellas se sientan los más ancianos, el resto de los asistentes, la gran mayoría mujeres, están de pie. Fati explica, con la ayuda de unos carteles, qué es la malaria y cómo se transmite. Habla de los mosquitos y de cómo evitar sus picaduras. Recalca mucho la necesidad de mantener un ambiente limpio y libre de aguas sucias.

A continuación con la ayuda de Aboulaye saca una de las mosquiteras que llevan y explican la importancia de dormir protegidos bajo ellas y muestran cómo debe colocarse.

Fati dice que las mujeres y los niños deberían ser los principales beneficiarios de este medio de protección por ser más débiles, afirmación ante la que los hombres presentes sonríen. Aboulaye recuerda que no cualquier mosquitera sirve, que deben estar impregnadas en insecticida. Comenta que muchas de las que se venden en los mercados no lo están y por lo tanto no cumplen con su función.

Finalmente, los voluntarios proceden a su distribución entre los asistentes. Nos comenta Ouattara, que ha estado todo el tiempo traduciéndonos la charla de los voluntarios, que hablaban en djoula, para que la pudiéramos seguir, que hasta el momento han asistido unas 8.400 personas a las sesiones de sensibilización en las distintas comunidades que han visitado. En principio, reparten un máximo de dos mosquiteras por familia.

Futuro

La labor de sensibilización para que las familias utilicen las mosquiteras es fundamental. El reparto de la imagen se produjo en Houndé, Burkina Faso
La labor de sensibilización para que las familias utilicen las mosquiteras es fundamental. El reparto de la imagen se produjo en Houndé, Burkina FasoCH. C.

Carlos Villalba, coordinador de proyectos de Medicus Mundi CLM en Houndé, asegura que la lucha contra la malaria va a seguir siendo una de las grandes prioridades del Ministerio de Sanidad de Burkina Faso y que por eso la organización castellanomanchega continuará apoyándola, haciendo mucho hincapié en la prevención de la misma e intentando alcanzar los rincones más aislados del país, aquellos donde todavía no se ha llegado con las campañas de sensibilización.

Sin embargo, este trabajo se ve amenazado en la actualidad por diversas causas. En primer lugar, por la situación política y social que vive el país. Las revueltas populares de finales de octubre que obligaron al presidente Blaise Compaoré a dimitir y refugiarse en la vecina Costa de Marfil, abrieron un periodo de transición incierto hasta el momento. Pero no parece que este represente la principal amenaza para la continuidad del proyecto ya que los burkinabeses, fieles al nombre de su país (el país de los hombres íntegros), están dando un ejemplo de pacifismo y deseo de vuelta a la normalidad de la vida cotidiana ejemplar, como muestra que el hecho de que al día siguiente a las manifestaciones y quema del Parlamento y otros desperfectos, la población se organizara para limpiar las calles ciudades y aldeas. Es también importante resaltar que el lunes 17 de noviembre, se nombró a un presidente civil, Michel Kafando, que dirigirá la transición del país hasta la celebración de elecciones. Otro ejemplo de pacifismo y cordura de los ciudadanos de este país.

Además, la fuerte implantación de las organizaciones que implementan este proyecto garantiza la continuidad del mismo, sobre todo por el componente local y comunitario que tienen la mayoría de ellas, como es el caso de REVS+ principal contraparte de Medicus Mundi CLM en determinados ámbitos. Por tanto, la excusa de la posible inestabilidad del país no puede ser utilizada por las administraciones públicas o privadas que financian este, y otros proyectos, para retirar los fondos destinados al mimo o congelarlos.

Es en el campo financiero donde se concentra el principal peligro para un proyecto como el de prevención de la malaria. Los recortes a la cooperación al desarrollo que desde hace años llevan implementando las distintas administraciones españolas afecta muy directamente a la continuidad de esta campaña, poniendo en peligro los avances logrados en los últimos años y la vida de muchas personas. Estos son los principales problemas a los que se enfrenta un proyecto como este, porque sobre el terreno las campañas de sensibilización y distribución de mosquiteras impregnadas de insecticida seguirán mientras los fondos sigan llegando.

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