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Coordinado por Lola Huete Machado
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Stella A. Adadevoh, la doctora que salvó a Nigeria del ébola

Ángeles Jurado

Recientemente leímos en Planeta Futuro la historia de Faisal Shuaib, el hombre que pudo evitar la catástrofe de una epidemia de ébola en Nigeria desde su despacho del ministerio de Sanidad nigeriano. Sin embargo, pocos medios españoles se han hecho eco de la historia de la doctora Stella Ameyo Adadevoh (Lagos, 1956), que fue quien descubrió que el ébola había llegado al país alojado en el cuerpo del norteamericano de origen liberiano Patrick Sawyer.

José Naranjo es una de esas pocas plumas que nos contaron esta historia, también en Planeta Futuro y como parte de un artículo más amplio sobre la hecatombe que el ébola había significado para el personal sanitario africano. En su listado de bajas figuraba la doctora Adadevoh y así contaba su historia a finales de agosto:

De momento, Nigeria es el país menos afectado de los cuatro a donde ha llegado esta enfermedad. Y ello se debe en buena medida a la determinación y la valentía de una mujer, la doctora Stella Ameyo Adadevoh, endocrinóloga de 57 años. El pasado 20 de julio un avión de la compañía ASKY aterrizaba en Lagos con el estadounidense de origen liberiano Patrick Sawyer a bordo. Nada más llegar al aeropuerto, Sawyer fue trasladado al First Consultant Hospital con fiebre alta, malestar y vómitos, donde quedó en observación hasta que dos días después se confirmó que tenía ébola. La doctora Adadevoh lideraba el equipo médico que se hizo cargo del paciente y fue ella quien, personalmente y junto a la enfermera Justina Obi Ejelonu, impidió que Sawyer saliera del hospital en dirección a Calabar, a cientos de kilómetros de Lagos, donde tenía una reunión. Este gesto, que evitó que Sawyer fuera dejando a su paso un rastro mortal entre quienes intentaran ayudarle, probablemente salvó la vida de decenas de personas. Si no más. El virus ébola campando a sus anchas por el país más poblado de África hubiera sido un escenario aún más dramático que el actual, que ya es suficientemente complicado, sobre todo en Sierra Leona y Liberia. A los pocos días, tanto la doctora Adadevoh como la enfermera Ejelonu dieron positivo en las pruebas de ébola. Ambas fallecieron poco después.

Los medios nigerianos y anglófonos en general dedicaron varios artículos a la doctora nigeriana, subrayando que el suyo fue un diagnóstico vital para controlar la epidemia a la par que extremadamente complicado, porque era la primera vez que se daba un caso de ébola en Nigeria. Stella Ameyo Adadevoh dejó marido y un único hijo de 26 años recién cumplidos, Bankole Cardoso.

La BBC cuenta cómo su familia la vigiló, preocupada, durante los días en que el ébola aterrizó en el país y ella se encargó del caso Sawyer, cómo la vieron enfermar y morir y también cómo sufrieron la falta de reconocimiento del gobierno nigeriano y se emocionaron con el duelo nacional que provocó su muerte.

Los colegas de la doctora Adadevoh recuerdan que el trato con Patrick Sawyer no fue fácil. Se tomó a mal el hecho de ser confinado y aislado y reaccionó con violencia. Parece ser que, tras perder una hermana por causa del ébola apenas dos semanas antes de viajar a Nigeria, lo único que le interesaba era buscar una cura para su mal en una iglesia y no en un hospital. Había escapado de Liberia con la excusa de una conferencia en Calabar, a 750 kilómetros de Lagos, sembrando la enfermedad a su paso. Se derrumbó al llegar al aeropuerto Murtala Muhammed. No fue un paciente colaborador, negó contactos con enfermos de ébola y puso todas las dificultades posibles para ser tratado. A eso se sumaron las presiones desde el gobierno liberiano para liberarlo, que menudearon mientras esperaban los resultados de las pruebas para confirmar que tenía ébola.

La doctora Adadevoh fue implacable y concienzuda. En el proceso de tratamiento de Sawyer, cayeron enfermos once miembros del personal sanitario del First Consultant Hospital de Lagos, ella incluida. Sawyer provocó una veintena de casos y ocho muertes. Ella falleció el 19 de agosto. Al morir, dejaba a sus espaldas 21 años de servicio en el sector de la sanidad, un duelo nacional y la indignación popular en el momento en el que, el pasado mes de septiembre, el gobierno hizo público el listado de más de 300 personas que recibían Honores Nacionales sin incluirla. De nuevo, como sucedió con las niñas secuestradas en Chibok y en otras ocasiones, las autoridades del país no estaban a la altura de sus ciudadanos.

La doctora Adadevoh era hija de Babatunde Adadevoh, profesor de patología química y vicerrector de la Universidad de Lagos entre 1978 y 1980. Viene de una estirpe de académicos y personalidades, entre las que se incluye el nacionalista Herbert Macaulay, nieto a su vez de Samuel Ajayi Crowther, el primer obispo anglicano africano. Pasó la mayor parte de su vida en Lagos. El parlamento de su estado ha pedido al gobernador Babatunde Fashola que rebautice el hospital de enfermedades infecciosas de Lagos con su nombre.

Más información:

Dr Stella Ameyo Adadevoh: Ebola victim and everyday hero (The Guardian)

Ebola crisis: How Nigeria's Dr Adadevoh fought the virus (BBC)

Sobre la firma

Ángeles Jurado
Escritora y periodista, parte del equipo de comunicación de Casa África. Coordinadora de 'Doce relatos urbanos', traduce autores africanos (cuentos de Nii Ayikwei Parkes y Edwige Dro y la novela Camarada Papá, de Armand Gauz, con Pedro Suárez) y prologa novelas de autoras africanas (Amanecía, de Fatou Keita, y Nubes de lluvia, de Bessie Head).

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