La duquesa de Alba permanece estable con pronóstico reservado
La aristócrata sufre una gastroenteritis y problemas respiratorios Sus problemas físicos han aumentado en los últimos meses
La duquesa de Alba, de 88 años, fue ingresada alrededor de las nueve de la noche del domingo en la unidad de cuidados intensivos (UCI) de la Clínica Sagrado Corazón de Sevilla. A primera hora de este lunes, Cayetano Martínez de Irujo, uno de sus hijos, ha informado de que la salud de su madre es "difícil, pero no crítica". A la salida del centro hospitalario, sobre las doce del mediodía, ha confirmado que ha pasado la noche "bien" y que está "más o menos" consciente. "He intentado hablar con ella, pero no habla con facilidad; no es fácil", ha explicado.
A primera hora de la tarde se ha emitido un parte médico en el que se informa de que la duquesa presenta actualmente "buena respuesta" a la medicación, permaneciendo en situación "estable" desde el punto de vista hemodinámico y respiratorio, con pronóstico "reservado". En dicho parte, firmado por los médicos intensivitas Juan Antonio Márquez Vácaro y Carlos Ortiz Leyba, se indica que la paciente fue ingresada en la Unidad de cuidados intensivos del Hospital Quirón "en situación de insuficiencia respiratoria secundaria a neumonía de la comunidad, asociada con arritmia cardiaca y repercusión hemodinámica".
Cayetana Alba cayó enferma el pasado jueves, pero días antes fue vista de compras con unas amigas por Sevilla. Su aspecto denotaba una gran fragilidad pero había querido salir a adquirir un regalo a su marido que el sábado cumplió 64 años. También acudió al Club Hípico Pineda para ver saltar a caballo a su hijo Cayetano que participaba en un concurso.Los últimos meses de la duquesa de Alba no han sido fáciles.
Su salud le ha jugado malas pasadas. “Está bien”, explican los suyos para añadir a continuación “con los achaques lógicos de una mujer de su edad”. Hace algo más de un año, Cayetana de Alba sufrió un accidente en Roma, se rompió el fémur y tuvo que ser operada de urgencia. Desde entonces tiene problemas de movilidad y sobre todo mucho miedo a caerse. Esa situación y una fuerte gripe intestinal, que pilló el invierno pasado, debilitaron su forma física y la han apartado de la vida social.
A la duquesa no se la vio en la Semana Santa ni en la Feria de Abril, tampoco en las bodas a las que fue invitada. Ni tan siquiera pudo celebrar, como estaba organizado, su cumpleaños en uno de sus restaurantes favoritos de Sevilla. Cayetana casi no sale de sus palacios. Se pasea por ellos siempre acompañada de alguien que le da el brazo. Ha pasado casi todo el año en Sevilla, el Palacio de Dueñas es su residencia favorita, allí se instaló hace años y allí celebró su boda con Alfonso Díez, con quien festejó el 5 de octubre su tercer aniversario. Ese enlace fue el penúltimo acto de rebeldía de la aristócrata, Cayetana no paró hasta que logró convencer a sus seis hijos de que tenía derecho a casarse pese a haber alcanzado los 85 años, con el argumento de que si ella no se había metido en sus bodas y divorcios, ellos tampoco debían opinar. En estos tres años el nuevo duque de Alba se ha convertido en un discreto compañero, en alguien que vela porque su esposa esté atendida y acompañada.
Este verano la duquesa suspendió su gira veraniega y solo acudió unos días a su casa de San Sebastián. En junio tuvo que ser ingresada en el hospital Sagrado Corazón de Sevilla para ser sometida a un reconocimiento médico. Los especialistas querían comprobar el estado de la válvula que se le implantó en 2009 para mejorar los problemas de hidrocefalia e isquemia cerebral que padecía. Los médicos creen que este dispositivo podría estar obstruido en su parte inferior y ser la causa de los grandes problemas de movilidad que padece la duquesa en la actualidad. Finalmente, la operación se descartó.
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