“La caída del Muro de Berlín fue el principio del fin de la separación de Europa”

Como tantos otros alemanes, Peter Tempel recuerda al detalle el momento en que se enteró de la caída del Muro de Berlín. Pero él no es un alemán más afincado en territorio español, sino la máxima autoridad de su país, la República Federal de Alemania, en España. Destinado en Madrid desde hace unos meses, la carrera diplomática de Tempel es sin embargo larga, así que el 9 de noviembre de 1989 lo pasó viajando desde Bamako, donde ocupaba el cargo de representante permanente de la RFA en Malí, hasta Colonia. Y fue en esa ciudad del oeste de Alemania donde, cenando con su mujer en un restaurante, se enteró de la noticia al ver las ediciones especiales de los periódicos. “Sentí una alegría indescriptible”, evoca. Hasta ese día solo había podido viajar dos veces al Berlín dividido. Una época de la que recuerda los estrictos controles en la frontera (pese a lo cual los alemanes occidentales podían sentirse afortunados en comparación con sus compatriotas orientales).

Así que aquel jueves de noviembre se convirtió en un reto para Alemania -“fue un gran desafío organizar un Estado unido, pero se ha conseguido”- y también para el resto de habitantes de un continente dividido en dos. “Fue el inicio de la superación de la separación en Europa”, señala el embajador. En efecto, el Telón de Acero se desmoronaría en poco más de dos años (si se toma como referencia la disolución de la URSS el 25 de diciembre de 1991) mientras Alemania se reunificaba y pasaba a convertirse en motor y símbolo de la unidad europea. Por eso, el diplomático destaca que ahora “somos 28 países en la Unión Europea y ese proceso de unificación europea tuvo como base la caída del Muro”.