La explosión del cohete Antares provocó daños importantes en estructuras y edificios cercanos
No se han detectado sustancias peligrosas en el entorno ni contaminación de las aguas, según la primera evaluación de la NASA
La explosión del cohete estadounidense Antares el pasado martes causó extensos destrozos en las instalaciones Wallops de la NASA, en la costa de Virginia. Saltaron las ventanas e implosionaron las puertas de varios edificios en el área adyacente a la plataforma de lanzamiento donde se produjo el accidente, según ha informado los expertos de la agencia espacial que han empezado a evaluar la situación. “Un pequeño lanzador suborbital adyacente a la plataforma accidentada y los edificios más cercanos sufrieron los mayores daños”, señala un comunicado.
El Antares, un cohete de la empresa Orbital contratada por la NASA para lanzar una nave automática de carga a la Estación Espacial Internacional, explotó el martes por la tarde en Wallops (el miércoles de madrugada en España) a los pocos segundos de despegar, destruyéndose en el aire en medio de una bola de fuego a pocos metros del suelo. La plataforma de lanzamiento PaD 0A, donde se produjo el accidente, está seriamente afectada, sobre todo, la estructura de soporte del cohete.
De modo independiente, se prepara la investigación de las causas del accidente. Los expertos tardarán en analizar todos los datos y determinar qué falló exactamente en el cohete, pero en EE UU se habla ya de los antiguos propulsores soviéticos, desarrollados en los sesenta para el supercohete lunar N-1 de la URSS (falló repetidas veces), que han sido revisados y modernizados para su comercialización y uso en lanzadores estadounidenses.
Los especialistas de Wallops han hecho las primeras evaluaciones de los impactos medioambientales del accidente de esta semana y su conclusión es que “los efectos del fallo del lanzador se circunscriben en el tercio meridional de la isla Wallops, el área adyacente a la plataforma de lanzamiento”. Tras la explosión, se tomaron inmediatamente muestras de aire en la zona, en las carreteras próximas y en la cercana isla Chincoteague. “No se detectaron sustancias peligrosas en las muestras tomadas”, explica la NASA. “Se van a tomar más muestras de aire, suelo y agua en la zona así como en los puntos de control para realizar análisis comparativos”. La isla de Wallops permanece cerrada mientras se evalúan los daños.
La NASA está colaborando con las autoridades locales en esta tarea y, la Comisión de Recursos Marinos de Virginia ha informado hoy de que no se han observado signos evidentes de contaminación de las aguas, como manchas brillantes de combustible y no se aprecian “impactos obvios en los peces o la vida salvaje”, pero continúa la vigilancia y observación del entorno.
“En los próximos días y semanas continuaremos evaluando los daños en la isla y empezaremos el proceso de restauración de las capacidades de lanzamiento”, ha declarado Bill Wrobel, director de las instalaciones de la NASA en Wallops. También ha dado las gracias a todo el personal implicado en el lanzamiento, a los servicios de emergencia y a todos aquellos que prestaron ayuda tras el accidente para garantizar la seguridad de la gente.
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