De Ulises a los ‘tróspidos’
Con 'Adán y Eva' la telerrealidad da una vuelta de tuerca hacia la chabacanería
La peqeña isla mediterránea de Mlejt inspiró al poeta griego Homero para retratar la mitológica Ogygia de la Odisea, en la que según la leyenda Ulises pasó siete años hechizado junto a la ninfa Calipso. En esa parte del territorio de Croacia, la cadena de televisión Cuatro ha ubicado el plató de Adán y Eva, un programa de telerrealidad que nada tiene que ver con los clásicos de la literatura, tampoco se adentra en la historia del Mare Nostrum ni es el escenario de una serie de viajes. La emisora ha desembarcado en Mlejt para mostrar a los espectadores nada más y nada menos cómo era la primera pareja del Edén. “Esta pareja primigenia hará en pleno siglo XXI el recorrido inverso: desprenderse de los artificios de la civilización, ropa incluida, para intentar encontrar la felicidad como auténticos Adanes y Evas”, anuncia.
Si ya de por sí la idea es marciana, su desarrollo no deja lugar a dudas. Por lo que se ha visto en la primera entrega, a los concursantes no solo se les exige que se exhiban ante las cámaras sin ropa sino que da la impresión de que también han de hacerlo sin cerebro. ¿Cómo se puede entender si no que uno de ellos pregunte a otro si la Alhambra tiene algo que ver con una alambrada?
Con este formato —importado de Holanda, en emisión en Alemania y en fase de adaptación en Francia y Finlandia— se da una vuelta de tuerca hacia la chabacanería y la vulgaridad. Parecía difícil que pudiera superar el esperpento de Granjero busca esposa o ¿Quién quiere casarse con mi hijo?, en los que se dieron cita los jóvenes que acuñaron el término tróspido, que se identifica con las sandeces que se escuchan en determinados programas de televisión.
Sea por la curiosidad y el morbo que despierta ver a los protagonistas permanentemente desnudos o por las barbaridades que lanzan ante las cámaras, lo cierto es que Adán y Eva fue visto en su debut por casi tres millones de espectadores. Mediaset presume de que es el estreno de entretenimiento más visto de la historia de Cuatro. Y ya se sabe que en la televisión privada lo que manda es la audiencia.
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