Actuar con cordura
A quienes sostienen que los ciudadanos catalanes pueden decidir por sí solos el futuro de su territorio, su secesión del resto de España, y que esto es así por aplicación de un supuesto derecho inalienable y democrático de todos los pueblos, les sugiero reflexionen un momento sobre la siguiente hipótesis. Supongamos que los ciudadanos de 16 comunidades autónomas, basándose en los mismos argumentos, acuerdan realizar una consulta para decidir sobre la separación de todas ellas respecto de la única comunidad restante (supondría prácticamente su expulsión).
La hipótesis podría aplicarse con multitud de variantes: 15 comunidades por un lado y dos por el otro, tres provincias respecto de otra; así ad infinitum. Nadie podrá negar que, acogiéndose a los mismos principios, la aparente legitimidad del proceso sería por lo menos del mismo rango a los ojos de cualquier observador imparcial. Vean pues que fácil es llegar a la injusticia y al absurdo más absoluto con estas disquisiciones. No queda otra que actuar con cordura, inteligencia y generosidad. Todos, políticos y ciudadanos, tenemos la obligación de trabajar en esa dirección y hacer posible el entendimiento. Es lo que queremos o deberíamos querer.— Jesús Pintado Urrestarazu.
