_
_
_
_

Un seductor (al fin) prometido

Después de saltar de novia en novia, el actor caminará hacia el altar con una abogada inglesa

Silvia Ayuso
Clooney, en el estreno de ‘Los idus de marzo’ en el Festival de Venecia.
Clooney, en el estreno de ‘Los idus de marzo’ en el Festival de Venecia.Ian Gavan (Getty Images)

Ni siquiera su enfrentamiento directo con un tabloide inglés por lo que calificó de peligrosas mentiras sobre su futura familia política —el Daily Mail informó de que la madre de su prometida se oponía al enlace por razones religiosas— parece haberle logrado borrar la sonrisa a George Clooney. Y es que, si todo sigue su rumbo, como así parece, 2014 apunta a convertirse en el año en que, contra todo pronóstico, el maduro, pero aún deseado actor, de 53 años, caerá en las redes del matrimonio de las que había abjurado décadas atrás.

En el Ayuntamiento del barrio londinense de Chelsea ya están colgadas desde hace un par de semanas las amonestaciones con la “intención de casarse” de Clooney con la abogada Amal Alamuddin, un requisito previo para los ciudadanos británicos —como es en este caso la novia— para dar el paso ante el altar (o el juez de paz).

“Me caso con alguien por encima de mi nivel”, bromeaba poco antes Clooney en conversación con la revista Variety sobre sus planes de boda, que la prensa sitúa en septiembre en Italia, probablemente el día 12, fecha en la que se cumplirá un año de su primer encuentro. Si finalmente es ese o no el lugar de la ceremonia, lo cierto es que el actor consiguió el pasado junio el favor del alcalde de Laglio, que emitió una orden para proteger la intimidad de uno de los vecinos más ilustres de la zona.

Clooney hablaba, según la publicación estadounidense, precisamente desde su mansión italiana. Una villa a orillas del lago de Como que el —todavía— soltero más codiciado de Hollywood ha logrado blindar ante paparazis y hasta turistas, bajo amenaza de una multa de 500 euros a quien se acerque a menos de 100 metros, cuya habitual curiosidad por el inquilino más famoso de la región parece haber aumentado. Más aún desde que se supo que en su última visita viajaba acompañado de su prometida y de la también famosa madre de Alamuddin, Baria, periodista al igual que el propio padre de Clooney, Nick.

Tras una larga temporada de novias despampanantes, pero de aparentemente escaso calado intelectual, y que además parecían tener una inquietante fecha de caducidad —bien Clooney o la pareja de turno anunciaba la separación a los dos años de relación—, el actor y activista político parece haber encontrado su media naranja en la abogada británica de origen libanés de 36 años.

Aunque no desmiente rumores, escribió una carta contra la noticia de un tabloide

Y eso que el actor juraba y perjuraba todavía a comienzos de año que no volvería a pasar por el altar tras su fracasado matrimonio con la también actriz Talia Balsam, con la que estuvo casado entre 1989 y 1993. Incluso llegó a apostar hace tiempo 100.000 dólares con Michelle Pfeiffer que mantendría su soltería, según relató la actriz en un programa de la BBC1 (quién sabe si ahora ella se los reclamará).

“Me paso la vida diciendo que nunca me volveré a casar de nuevo o que no tendré hijos, pero la gente no quiere creerme”, se quejaba Clooney en una entrevista el pasado mes de enero. Una incredulidad ahora justificada. Al fin y al cabo, dos meses más tarde le pedía en matrimonio a su novia, con la que se le vio por primera vez el pasado mes de octubre. Ahora, el actor que también llegó a apostar con su compañera de reparto y amiga Nicole Kidman que nunca más volvería a pronunciar el “sí quiero” estará probablemente practicando esas mismas palabras que deberá decirle a su prometida en pocas semanas.

La culpable de los desdichos —que no desdichas— matrimoniales de Clooney, Alamuddin, no solo puede vanagloriarse de compartir el atractivo físico de las mujeres que presuntamente le robaron el corazón al actor en los últimos años. Es además una profesional altamente respetada por méritos propios —está especializada en derechos humanos— y que ha ocupado su propia porción de interés mediático por los casos de alto perfil a los que se dedica, como la difícil defensa de Abdulá al Senusi, exjefe del espionaje libio durante la dictadura de Muamar el Gadafi, o del fundador de Wikileaks, Julian Assange. Aunque Alamuddin acaba de rechazar la propuesta de la ONU de formar parte en la investigación sobre supuestos crímenes de guerra en Gaza, alegando que no tiene tiempo. ¿Nuevo indicio de que la boda está cerca?

El activismo ha sido desde hace años una de las características de Clooney, muy comprometido entre otros con el conflicto de Sudán —fue detenido en 2012 por protestar ante la Embajada de ese país en Washington—. Y el actor, director y productor también es muy activo en la política de Estados Unidos, donde ha recaudado copiosos fondos para los demócratas del presidente Barack Obama, a quien cuenta entre sus amigos y visita de tanto en tanto en la Casa Blanca. Eso sí, de ahí a saltar directamente a lo más alto de la política activa, la presidencia estadounidense, nada de nada, al menos por el momento, según acabó corrigiendo el propio Clooney ante los rumores.

“Me caso con alguien por encima de mi nivel”, dijo el actor a una revista de EE UU

Y es que si bien el actor y director de películas como Good night, and good luck (Buenas noches, y buena suerte) —sobre el periodismo, precisamente— prefiere en principio no enzarzarse en la interminable espiral de desmentidos periodísticos, en las últimas semanas su paciencia parece haber alcanzado un límite. No dijo nada cuando el diario británico Daily Mail aseguró en junio, citando a un presunto “amigo” del actor, que éste aspiraba a llegar a la Casa Blanca. Pero cuando unas semanas más tarde el tabloide afirmó que su suegra se oponía a la boda de su hija por no ser druso (una de las comunidades religiosas de Líbano), a Clooney se le acabó la paciencia que tanto parecía haber estado cultivando. Y su respuesta fue furibunda.

En una carta publicada en el USA Today —dijo negarse a hacerlo en el rotativo “culpable” para no darle más lectores aún— acusó al diario británico de irresponsabilidad por “fabricar una historia” explotando presuntas diferencias religiosas que son, zanjó, inexistentes. Es más, matizó que su futura suegra ni siquiera es drusa.

“Hacerlo cuando no existen, en este momento y en esta era, es, cuando menos, negligente y, sobre todo, peligroso”, acusó Clooney, que aprovechó para desmentir de pasada sus aspiraciones presidenciales. Poco después volvió a tomar la pluma para rechazar la tímida disculpa ofrecida por el Mail. “Es divertido poder darles de vez en cuando a los malos un bofetón”, bromeó sobre su enfado el propio Clooney en sus declaraciones a Variety.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Silvia Ayuso
Corresponsal en Bruselas, después de contar Francia durante un lustro desde París. Se incorporó al equipo de EL PAÍS en Washington en 2014. Licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid, comenzó su carrera en la agencia Efe y continuó en la alemana Dpa, para la que fue corresponsal en Santiago de Chile, La Habana y Washington.

Más información

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_