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EN PRIMERA LÍNEA
Análisis
Exposición didáctica de ideas, conjeturas o hipótesis, a partir de unos hechos de actualidad comprobados —no necesariamente del día— que se reflejan en el propio texto. Excluye los juicios de valor y se aproxima más al género de opinión, pero se diferencia de él en que no juzga ni pronostica, sino que sólo formula hipótesis, ofrece explicaciones argumentadas y pone en relación datos dispersos

Crímenes de guerra en Mosul

Desplazamientos, bombardeos y matanzas indiscriminadas de civiles... La asesora de Amnistía Internacional es testigo directo del sufrimiento de la población en Mosul (Irak)

Mujeres cristianas iraquíes permanecen en un campo de refugiados cerca a Erbil (Irak).
Mujeres cristianas iraquíes permanecen en un campo de refugiados cerca a Erbil (Irak).EFE

Largas hileras de automóviles llenos de familias aterrorizadas atestaban la carretera cuando salí de Mosul el 25 de junio. El éxodo masivo da fe de las repercusiones para la población civil desde que los combatientes del Estado Islámico de Irak y al Sham (ISIS) tomaron el control de la ciudad.

Mientras nos dirigíamos hacia el Este rumbo a Erbil, militantes de ISIS bombardeaban de forma indiscriminada Hamdanyah, donde residen algunas de las minorías étnicas y religiosas de Irak.

La ofensiva de ISIS para reforzar sus posiciones en el frente oriental de la segunda ciudad de Irak era una prueba más de cómo todas las partes están cometiendo crímenes de guerra en la enconada batalla por el control del territorio y los recursos iraquíes. Tanto si es objeto de ataques deliberados como si se ve atrapada entre dos fuegos en los a menudo encarnizados combates, la población es la que sufre las peores consecuencias de los combates entre ISIS y otros grupos armados suníes y las fuerzas armadas iraquíes y las milicias chiíes.

Bandera del ISIS ondeando en Mosul, imagen tomada en un desplazamiento por la ciudad. Fotografiar representa un gran riesgo
Bandera del ISIS ondeando en Mosul, imagen tomada en un desplazamiento por la ciudad. Fotografiar representa un gran riesgoD.R.

Al caer la noche, en la cercana ciudad de Kalak, al este de Mosul, me reuní con varias familias cristianas que acababan de llegar de Qaraqosh.

Un hombre, padre de cuatro hijos de corta edad, me dijo: “Oímos grandes detonaciones, la gente decía que eran ataques de morteros, no sé a qué distancia estaban. Nos subimos al automóvil —mi esposa, los niños, mis padres y la tía de mi esposa— y nos fuimos sin llevarnos nada. No sé dónde pasaremos la noche, pero al menos estamos a salvo. Mañana veremos si es seguro volver a casa; ¿qué otra cosa podemos hacer?”.

Bombardeos de zonas civiles

En Mosul visité a las familias de cinco jóvenes que murieron el 7 de junio cuando un proyectil de artillería cayó en la azotea donde estaban sentados tomando té y conversando. Señalando el recién reparado orificio de grandes dimensiones que dejó el proyectil que estalló en la azotea y penetró en la habitación situada debajo, el padre de Seif, uno de los jóvenes fallecidos, me dijo: “Esto lo hemos reparado, pero nada reparará mi corazón destrozado. Me han quitado a mi chico, y mi otro hijo sufrió heridas tan graves que no se recuperará nunca. Doy gracias a Dios porque mis otros hijos están a salvo; estábamos en la habitación contigua a la que recibió el impacto del proyectil; podíamos haber muerto todos de haber estado en la habitación de al lado.”

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Los hermanos y hermanas menores de Seif y otros vecinos me contaron que el proyectil que impactó en la casa fue el primero de una serie de siete u ocho disparos que oyeron. Los demás cayeron cerca, por suerte sin causar más víctimas.

El hermano mayor de Seif, único superviviente del grupo en la azotea, está postrado en cama y es evidente que tiene grandes dolores. Grandes fragmentos de metralla le desgarraron el pecho, el abdomen y la entrepierna y le causaron graves daños en órganos internos.

Habló con dificultad, entre muecas y gemidos de dolor al más leve movimiento: “Nadie salía debido a la situación [los activistas de ISIS habían penetrado en la ciudad desde el oeste en los dos días anteriores y el ejército y las fuerzas de seguridad se habían retirado a la otra orilla del río en el este de la localidad] por lo que estábamos sentados en nuestra casa, con la familia y unos vecinos. Mis padres, las mujeres y los niños se encontraban abajo y nosotros, los jóvenes, mi hermano y yo y nuestros vecinos, estábamos sentados en la terraza. No oímos ningún disparo antes del que nos afectó; de haberlo oído no nos habríamos quedado en la terraza. Sólo recuerdo un resplandor y mucho dolor”.

Un funcionario civil que estaba con el ejército iraquí mientras se retiraba de la ciudad me contó que en ese momento el Ejército estaba bombardeando el oeste de la ciudad desde el acuartelamiento de la segunda brigada en la zona de Al Kind, en el este de la ciudad. La artillería es demasiado imprecisa y no debería usarse nunca en zonas residenciales llenas de civiles. El uso reiterado de tales de armas de esta manera, sin la debida consideración por los daños que se causan a la población, viola el derecho internacional humanitario y es un crimen de guerra.

Otros civiles han muerto en ataques similares en fechas más recientes en Tal Afar, al noroeste de Mosul, y sus alrededores. El 22 de junio, mientras entrevistaba a una familia que ha huido deesta ciudad y ahora está refugiada cerca de Erbil, recibieron una llamada telefónica de familiares de Tal Afar, que les dijeron que su primo, Adnan, la esposa de éste, Zeinab, y los dos hijos de corta edad de la pareja, un niño de seis años y una niña de ocho, acababan de morir en un ataque de artillería de las fuerzas iraquíes que afectó a su casa. Ellos también huyeron de allí al ser tomada la ciudad por ISIS este mismo mes, pero habían regresado a su vivienda dos días antes, pensando que ya sería seguro y para escapar de las deficientes condiciones del lugar donde se habían refugiado.

Otros nueve civiles perdieron la vida y varios resultaron heridos en otro ataque de las fuerzas iraquíes en Aayadiya, donde habían buscado seguridad tras huir de sus hogares en Tal Afar; entre las víctimas había niños, mujeres y ancianos. Hay muchos casos como este que no trascienden, porque cuando los civiles huyen de un lugar a otro incluso los familiares pierden el contacto entre sí.

ISIS llama al “arrepentimiento”

En Mosul pasé junto a grupos de hombres que estaban en el exterior de mezquitas a las que expolicías, miembros de la defensa civil y otros acuden a “arrepentirse” públicamente (Towba) por su relación con el Gobierno que ahora no controla ya la ciudad. Lo hacen respondiendo al anuncio de ISIS de que quienes se “arrepientan” no tendrán nada que temer. Sin embargo, no hay ninguna garantía de que ISIS cumpla su palabra. Más bien, su brutal historial suscita el temor de que pueda hacer todo lo contrario, si no ahora, más adelante. Aquellos que se “arrepienten” tienen que entregar sus documentos de identidad y facilitar sus datos personales (dirección, números de teléfono, etc.), por lo que a ISIS le resultará más fácil encontrarlos si deciden ir en su busca.

Pero, como en la mayoría de los conflictos, los abusos no los comete sólo una parte. ISIS ha hecho públicas algunas de sus atrocidades, y hasta se ha jactado de ellas, mientras que el Gobierno iraquí, que se esfuerza por tratar de lograr el apoyo internacional, ha puesto interés en ocultar las cometidas por sus fuerzas.

He hablado también con familiares y testigos sobre los detenidos que murieron en centros de detención de las fuerzas armadas antes de dejar Mosul y Tal Afar. Mientras los enfrentamientos continúan intensificándose, la población civil corre cada vez más peligro de sufrir innumerables violaciones de derechos a manos de todas las partes.

Donatella Rovera es asesora general sobre respuesta a las crisis de Amnistía Internacional desde Mosul, Irak.

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