Mujeres, famosas, desnudas y hartas de la censura de Instagram
Cara Delevigne es la última de las famosas que ponen a prueba la prohibición de la red social de mostrar cuerpos sin vestir
Dos linternas a modo de pezoneras y una señal de prohibido pasar tapándole el pubis. Así se ha retratado la supermodelo Cara Delevingne en una de sus últimas fotos subidas a Instagram. Como toda hija de vecino, ella también quería matarnos de envidia con imágenes de sus vacaciones (en Bali, concretamente), pero tan artística pose obedecía a una razón mucho menos trivial: protestar contra la política de “no desnudos” de la red social. Y es que, desde que Mark Zuckerbeg y sus amigos de Facebook se hicieran con la aplicación fotográfica más popular del planeta, cualquier foto que se cuelgue en ambas redes parece sacada por una hermana ursulina… O eso, o es que lleva, de serie, el “filtro pureta”. Desde Instagram se defienden: “Nos esforzamos por encontrar un equilibrio entre que la gente se exprese creativamente y que la aplicación sea un lugar divertido y seguro”, declaró el cofundador Kevin Systrom a la BBC. Su sentido del equilibrio, sin embargo, está un poco escorado hacia el conservadurismo, si nos atenemos a lo que opinan las usuarias más atrevidas.
Cara, a sus 21 años, quiere la libertad de decidir si enseña su cuerpo. Lo mismo que pensaba Scout Willis (la hija de Bruce Willis y Demi Moore) cuando inició su campaña Free The Nipple (Liberad al pezón): fotos enseñando sus senos mientras compraba flores en Nueva York, al más puro estilo prerrafaelesco. Para ella, es un acto de rebelión feminista comparable al de las Femen: “Ninguna mujer debería avergonzarse de su cuerpo […]. Lo que está permitido por ley en las calles de Nueva York está prohibido en Instragram”, escribió en un blog.
El gran problema de Instagram, como hace constar Scout, no es ni lo libidonoso ni lo violento: es el pezón. A la firma no le importa que se muestre a mujeres en actitud denigrante siempre que esa sonrosada protuberancia de la anatomía femenina quede a cubierto. Ahora bien, la mera sombra de una areola sirve para que te suspendan la cuenta.
Así le ocurrió, por ejemplo, a la septuagenaria Grace Coddington, exmodelo y editora de moda que tuvo la ocurrencia de subir una instantánea de su cuerpo mientras se daba un baño de espuma… con la consecuencia de verse castigada sin Instagram hasta que retiró las imágenes. Otras, como Rihanna, han optado por abandonar la red social, pero parece que las chicas son guerreras y no piensan tirar la toalla tan pronto: en las antípodas, la australiana Cailtin Stasey ha secundado a Cara, Scout y RiRi subiendo fotos de sus pechos.
Que tiemble Zuckerberg: el destape solo acaba de empezar.
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