La hora de la verdad para Pistorius
Comienza el juicio en el que la fiscalía tratará de demostrar que el atleta disparó con la intención de matar a la su novia, un delito que conlleva cadena perpetua
Empieza el juicio contra Oscar Pistorius por el asesinato de su novia, la modelo Reeva Steenkamp. Ha pasado poco más de un año desde que la madrugada del 14 de febrero de 2014 cuatro disparos acabaran con la vida de la joven rubia, de 29 años, encerrada en el lavabo del piso del paraolímpico sudafricano. Si no hay aplazamientos de última hora, a partir de hoy y durante las siguientes tres semanas, la fiscalía tratará de demostrar que el atleta disparó con la intención de matar a la chica, un delito que comporta la cadena perpetua.
Tras un año de investigaciones, de filtraciones de informaciones interesadas y escasa presencia en los medios de la familia Pistorius, ha llegado la hora de la verdad para el velocista conocido como Blade Runner, lejos ya de su imagen de joven ambicioso y triunfador. En el banquillo de los acusados se juzgará no sólo si el deportista, de 27 años, asesinó a la modelo sino también su vida privada porque defensa y fiscalía llamarán a declarar a testigos que relatarán las bondades o maldades del carácter y el pasado del velocista.
Pistorius ya no está solo en este trance. El diario británico Daily Mail desveló el fin de semana que el deportista sale con Leah Skye Malan, una estudiante de enfermería de 19 años a la que conoció durante unas vacaciones en Mozambique, el pasado mes de diciembre. De momento no hay fotos de la nueva pareja pero, según el tabloide, Pistorius ya conoce a la familia de la joven.
Mientras los Pistorius prefieren no “distraerse en cuestiones ajenas”, preocupados como están en defender la inocencia del atleta. “Queremos a Oscar y creemos en él y lo apoyaremos en el juicio”, expresa su tío Arnold en una declaración colgada en la página web del paralímpico.
Durante las últimas semanas, la prensa sudafricana ha publicado detalles sobre un caso que lo tiene todo para acaparar la atención de medio mundo, un acusado venerado, una víctima guapa, una historia de superación, dinero, lujo y un drama. De hecho, ya se le ha equiparado a la expectación que levantó la vista contra OJ Simpson por el asesinato de su mujer y de un amigo de ésta. Más de 80 periodistas extranjeros de 17 países están acreditados para seguir en directo el juicio en el Tribunal Superior de la provincia de Gauteng, en Pretoria, que se ha tenido que habilitar para dar cabida a las cámaras de televisión que retransmitirán en directo las partes que la juez ha autorizado.
En el plano estrictamente judicial, el fiscal sostiene que esa madrugada fatídica y tras una discusión Pistorius cogió la pistola que guardaba en su habitación y disparó a través de la puerta del lavabo donde estaba escondida Steenkamp sabiendo que era ella y con la intención de matarla. Cuatro tiros a una distancia de 60 centímetros impactaron en el cuerpo de la joven, que murió casi en el acto.
Según la acusación, un vecino del complejo residencial oyó gritar a una mujer hasta que su voz se apagó al mismo tiempo que sonó la última detonación. Tanto ruido alertó a uno de los guardas de seguridad, que llamó a Pistorius por si pasaba algo, a lo que el atleta le dijo que todo estaba bien.
Nada que ver con la versión del propio Pistorius que ya en la vistilla por su fianza, en febrero del año pasado, explicó que unos ruidos en el interior del apartamento le despertaron y temiendo que había entrado un intruso y se escondía en el lavabo, buscó su arma y sin abrir las luces en ningún momento disparó, creyendo que Steenkamp seguía durmiendo en la cama.
Para el Ministerio Público este relato es inverosímil, aunque recientemente, tras las pruebas de balística ha tenido que admitir que Pistorius disparó sin ponerse las prótesis en las piernas. Hace un año, el Fiscal basó su acusación en que el atleta haciendo gala de una sangre fría para acabar con la vida de su novia se calzó las piernas de titanio porque en muñones era mucho más vulnerable. Sin embargo y a pesar de esta rectificación, tanto la policía como la fiscalía aseguran que tienen pruebas contundentes para ganar el caso.
Otro de los factores claves serán los contenidos de los teléfonos de Pistorius y Steenkamp encontrados en el apartamento. Esta semana, agentes sudafricanos han viajado hasta la sede de Apple en California para que se abriera el aparato del paralímpico que, presuntamente habría olvidado las contraseñas. La fiscalía confía en que las últimas llamadas y mensajes de ambos aporten más pruebas que respalden la acusación.
El fiscal llamará a un centenar de testigos, entre los que destaca una antigua novia de Pistorius, cuya madre escribió tras la muerte de Steenkamp que se alegraba de que su hija “está a sana y salva fuera de las garras de ese hombre”.
A diferencia de las otras comparecencias de Pistorius ante el juez, hoy sí que acudirá la madre de Steenkamp a la sala de vistas, según ha declarado para poder mirar a los ojos al deportista y preguntarle porqué mató a su hija. El matrimonio Steenkamp ha sido acusado de haber cobrado por aceptar entrevistas en tabloides británicos y con cuyo dinero han abierto un pequeño bar en Port Elisabeth, en la costa del Índico.
Sea cual sea el veredicto, que dictará una juez que había ejercido de periodista de sucesos, el juicio de Pistorius es ya un caso de perdedores.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.