El misterio de los cangrejos samuráis
Fantasmas japoneses, decápodos braquiuros, las caras de Belmez y el test de Rorschach. Todo en el mismo post.
Como ya sabréis por el Doodle de hoy en Google, hoy se cumplen 129 años del nacimiento del psicoanalista suizo Hermann Rorschach, el inventor del test que te dice cómo eres según las cosas que ves en unas manchas de tinta. O en el caparazón de los cangrejos. Pero vayamos por partes.
El 25 de abril de 1185, en la hora de la serpiente (entre las 9 y las 11 de la mañana), la flota del clan samurái de los Genji, liderada por Minamoto no Yoshitsune, y la de los Taira (o Heike) se enfrentaron en los estrechos de Dan-no-ura (Shimoneseki), entre las islas en Honsu y Kyushu, en el mar interior de Japón.
Favorecidos por los vientos y la marea, las fuerzas Minamoto aplastaron a la flota Heike, en la que también viajaba el emperador Antoku, de siete años, junto con toda su corte.
Al presentir la derrota, la abuela del emperador Antoku tomó al niño en sus brazos y se arrojó al mar. Los valerosos guerreros Heike y su líder Tomomori siguieron su ejemplo y saltaron por la borda de sus barcos; como las armaduras pesan, se ahogaron todos.
Según el Heike Monogatari (la saga o epopeya del clan Heike), el espíritu de estos samuráis vive aún en las profundidades del mar, encarnado en una especie de cangrejo local (Heikea japonica) cuyo caparazón semeja el fiero rostro de un guerrero japonés.
“¿Cómo se consigue que el rostro de un guerrero quede grabado en el caparazón de un cangrejo?”, se preguntaba Carl Sagan en un episodio de su serie de televisión Cosmos. Según Sagan, el curioso fenómeno es fruto de cientos de años de selección natural: durante generaciones, los pescadores de la zona habrían evitado comer aquellos cangrejos con mayor semejanza a una cara humana, devolviéndolos al mar.
La cara en los caparazones es también un ejemplo de pareidolia, el fenómeno psicológico por medio del cual la mente tiende a formar imágenes reconocibles a partir de un estímulo vago y aleatorio, como ocurre con las manchas de tinta del test de Rorschach. O como la cara de Chávez que se le apareció a Maduro en el metro de Caracas.
Y a ti, ¿se te aparece la Virgen en el pan, como al Comidista? ¿Ves pin-ups en el caparazón de las nécoras?
(*) La batalla naval de Dan-no-ura puso fin a una guerra de cinco años entre los clanes Fujiwara, Minamoto y Heike por el control del poder en el Japón del siglo XII, y marca el final del periodo clásico (Heian, 794-1185), y el inicio del periodo feudal o Kamakura (1185-1333). En 1192, Minamoto no Yorimoto asumió el título de shogún (generalísimo) y estableció su capital en Kamakura, al sur de Tokio, desplazando Heian-Kyo (Kioto) como centro de poder.
Para saber más sobre los cangrejos samurái os invito a leer este interesante artículo de Héctor T. Arita, de la Universidad Autónoma de México,
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