Circo y obesidad
Tras el último ejercicio circense de televisión en el que la obesidad mórbida pasa de la categoría de grave enfermedad a contenido de reality show,no se puede más que mostrar perplejidad e indignación.
Ahora “los gordos”, como si de otra especie se tratara, pasan a amenizar las noches de los sábados reforzando la imagen de “menores de edad” sin ninguna capacidad de autocontrol, que deben tomar conciencia y dejarse conducir “por el buen camino”. Un novedoso enfoque, sin duda. Seguro que siempre han estado anhelándolo personalidades como Churchill, Pavarotti, y otros tantos y tantas… Mientras tanto, muchas de las personas que en este país padecen y sufren obesidad mórbida están cada vez más cansadas y hastiadas. Hartas de que esta enfermedad se aborde desde el insulto a la dignidad, la criminalización y el insulto a la inteligencia. No se alcanza ese grado de enfermedad solo por adicción a la comida; no todo se reduce a la falta de deporte e ingesta de verduras. No siempre.
No todos obvian el espejo, y sobre todo no todos viven para reírse de sí mismos. El sufrimiento, la discriminación y el aislamiento es tal que en muchas ocasiones, más de las que podamos imaginar, se concluye que la vida no merece ser vivida, y se acaba con ella, o se acaba en una mesa de quirófano, en pos de esa ayuda que haga más fácil la existencia. Basta ya de hacer circo desde y con el sufrimiento.— Encarnación Aparicio Martín.